Vacaro y Valcarcel, Antonio Biografia

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Biografía de don Antonio Bacaro y Valcárcel

Jefe de escuadra de la Real Armada Española.

Contenido

Orígenes

Nació en el ciudad de Cartagena en 1760, siendo sus padres, don Antonio Bacaro y Valenciano, capitán de navío de la Real Armada Española y doña María Antonia Valcárcel y Aurich.

Hoja de Servicios

Sentó plaza de guardiamarina el 13 de septiembre de 1777, en la compañía del Departamento de Cartagena, recientemente inaugurada. Expediente N.º 3.291.

Después de superar los estudios primarios, en 1779 se le ordenó embarcar en el jabeque Mallorquín, perteneciente al apostadero de Algeciras a las órdenes del capitán de navío don Francisco Morales, destinado a practicar el corso contra las regencias norteafricanas, permaneciendo en sus comisiones hasta el 20 de agosto por serle entregado los primeros galones de oficial, alférez de fragata.

Por su capacidad para las matemáticas, demostrada en sus años de estudio, fue destinado al Real Cuerpo de Artillería de Marina, pasando posteriormente a las órdenes del comandante General del Arsenal de La Carraca, permaneciendo en este destino hasta el 25 de octubre siguiente, por recibir la orden de embarcar en la fragata Carmen, perteneciente a la escuadra del general don Luis de Córdova, zarpando en conserva de la Perpétua realizando un crucero por las aguas de las islas Azores.

Habiendo trasbordado al navío San Dámaso, perteneciente a la misma escuadra y al mando del mismo general, realizó la campaña del canal de la mancha, junto a la escuadra francesa del mando del conde d'Orvilliers, en cuya campaña se obligó a la británica a buscar refugio en sus mismos puertos, por ello el resultado fue pobre, pues solo se pudo capturar del navío británico Ardent del porte de 74 cañones.

Regreso a la bahía de Cádiz la escuadra española, zarpando a primeros del mes de agosto siguiente, encontrándose sobre el cabo de Santa María el 9, siendo apresado un convoy británico de cincuenta y cinco velas, del que sólo se pudieron escapar tres buques, iba destinado a abastecer al ejército británico en su lucha por mantenerse en las trece colonias norteamericanas.

El 13 de septiembre de 1782 participó en el infructuoso ataque de las baterías flotantes, contra el peñón de Gibraltar, siendo herido en la explosión que se produjo en la que iba embarcado.

El 20 de octubre continuo participó en el combate del cabo Espartel, entre la escuadra española al mando del general don Luis de Córdova y la británica al mando del almirante Howe, en el que por llevar los buques enemigos sus obras vivas forradas de cobre, les permitió mantener la distancia a su favor, rehuyendo el combate cuando la española logró acortar distancias.

En palabras del mismo almirante británico quedo admirado: «…el modo de maniobrar de los españoles, su pronta línea de combate, la veloz colocación del navío insignia en el centro de la fuerza y la oportunidad con que forzó la vela la retaguardia acortando las distancias.» El combate tuvo una duración de cinco largas horas.

Por Real orden del 21 de diciembre siguiente se le notificó su ascenso al grado de alférez de navío, recibiendo la orden del 14 de mayo de 1783 de embarcar en el navío Vencedor, zarpando de Cádiz de transporte desembarcando en Cartagena, por pasar el navío a desarme se le ordeno embarcar en el jabeque San Sebastián, perteneciente a la escuadra del general don Antonio Barceló, participando en el primer bombardeo de Argel, haciéndolo en los nueve ataques que se llevaron a efecto.

Al regreso de la expedición se le ordenó embarcar en el navío Triunfante, siendo comisionado su comandante para realizar un viaje ante la Sublime Puerta en misión diplomática, fondeando en Constantinopla, al terminar su comisión pasaron a Grecia y otros puertos del mar Adriático, donde se levantaron nuevas cartas de navegación, arribando a Cartagena entrado el año 1784, recibiendo la orden de desembarcar por pasar destinado a los Batallones de Infantería de Marina, encontrándose aquí le fue entrega la Real orden del 15 de noviembre siguiente, notificándole su ascenso al grado de teniente de fragata.

Por orden del 4 de mayo de 1785 embarcó en la urca Santa Polonia con rumbo a Cádiz, donde desembarco por ser destinado a los Batallones de Infantería de Marina, permaneciendo en este destino hasta el mes de noviembre de 1786, por ser destinado de nuevo al Departamento de Cartagena, pocos días después se le nombró ayudante de la Compañía de guardiamarinas del Departamento.

Por orden del 26 de marzo de 1788 cesó en el destino anterior para embarcar en la fragata Soledad, incorporada a la escuadra al mando del general don José de Córdova, zarpando en varias ocasiones en comisiones tanto en el Mediterráneo como el Atlántico, regresó el 10 de octubre siguiente, siendo comisionado su buque en conserva del navío San Fulgencio para realizar un crucero entre el cabo de Gata y el de San Antonio.

Regresó a su Arsenal, recibiendo la orden del 20 de marzo de 1789 de trasbordar al navío San Francisco de Paula, siendo incorporado a la escuadra del mando del general don Félix de Tejada, zarpando para cruzar por el Mediterráneo, arribando de descanso a Cádiz, regresando a su comisión y de nuevo a su Arsenal, donde recibió la orden del 26 de diciembre de desembarcar por pasar el buque a desarme.

Recibió la orden del 12 de mayo de 1790 de embarcar en el navío Ángel de la Guarda, pasando a Cádiz siendo incorporado a la escuadra del general marqués del Socorro, zarpando con rumbo a Finisterre a causa del problema de Nutka, estando a punto de convertirse en otra guerra con el Reino Unido, pero se llegó a acuerdos que la evitaron, a su regreso a la bahía de Cádiz, se le ordenó trasbordar al navío San Ramón, pasando de transporte a su Departamento de destino en Cartagena, al llegar se le entregó la Real orden del 15 de julio próximo pasado, siendo ascendido al grado de teniente de navío.

Por orden del 21 de diciembre de 1790 se le ordenó embarcar en el navío San Francisco de Paula, el 1 de octubre de 1791 la ciudad de Orán sufrió un fuerte terremoto arrasando partes importante de las murallas, razón por la que los moros comenzaron a sitiarla al verla tan indefensa, concurriendo a su socorro, pero el Gobierno consideró era demasiado el gasto para reconstruir todo, dando la orden de abandonar la plaza, para ello se firmó una tregua, por la cual todas las tropas se retiraron a Mazalquivir, donde embarcaron en su ensenada siendo transportados a Cartagena.

Por orden del 26 de diciembre siguiente trasbordó a la fragata Soledad, continuando con la repatriación de las tropas de la plaza de Orán, permaneciendo en esta comisión hasta el mes de agosto de 1792, por haber sido recién construida la fragata Diana pasó a ella para realizar las pruebas de mar, tanto en el Mediterráneo como el Atlántico, al ser verificado su buen comportamiento, ambas fueron destinadas para transportar tropas a la frontera con Francia en refuerzo de las existentes.

Regresó a Cartagena en el mes de enero de 1793 fue nombrado ayudante del general Daoiz, quien a su vez era general subalterno de la escuadra del mando del general don Francisco de Borja, embarcando por ello en el navío Conquistador, por ser el insignia, estando pocos días, pues de nuevo trasbordó al Conde de Regla, permaneciendo hasta recibir la Real orden del 23 de abril siguiente, siéndole notificado haberle sido otorgado el mando del jabeque Carmen, comisionado a cruzar transportando pliegos y caudales a Argel, pasando posteriormente a transportar más tropas a Rosas, donde quedó incorporado a la escuadra participando en las operaciones de la plaza de Tolón, cuando ésta fue socorrida por una escuadra hispano-británica, después se le comisionó para entregar pliegos a la escuadra del mando del general don Juan de Lángara, realizando un nuevo viaje a Rosas y otro a Barcelona, donde se le dio la custodia de un convoy cargado con tropas francesas para dejarlo a salvo en Cartagena.

Por Real orden del 30 de enero de 1794 se le otorgó el mando del bergantín Corso, realizando comisiones de vigilancia en el Mediterráneo, logrando interceptar a un buen número de convoyes con rumbo a Francia, a su regreso a Cartagena quedó incorporado a la escuadra del general don Juan de Lángara, zarpando rumbo a Liorna para embarcar al Príncipe heredero de Parma, quien venía para contraer nupcias con la Infanta María Luisa, desembarcando a su regreso a Cartagena el día 10 de mayo.

Recibió la orden de embarcar en la escuadra del general don Federico Gravina, formada por cuatro navíos, dos fragatas y su bergantín, con la comisión de transportar prisioneros franceses desde Collubre a las islas Baleares, siendo comisionado a su regreso para transportar pliegos a la isla de Cerdeña, lugar en el que se suponía debía de encontrase la escuadra del jefe de ella don Pedro Autran, pero no encontrándose allí, el Cónsul español en la isla le entregó unos pliegos para S. M. regresando a Cartagena.

Se le ordenó zarpar con rumbo a Cádiz, quedando incorporado a la escuadra del Marqués del Socorro, al poco tiempo se le dió la orden de quedar afecto a Barcelona, desde donde junto a otros buques menores estuvieron realizando la comisión de correos entre ésta capital y Génova, hasta el 2 de diciembre de 1796 al recibir la orden de regresar a Cartagena; se había declarado la guerra al Reino Unido el 5 de octubre próximo pasado, por ello encontrase en la ribera de Génova fue atacado por la fragata británica Terpsichore, después de un corto combate por la superioridad del enemigo fue hecho prisionero y transportado a la isla de Elba, al ser canjeado fue transportado a la ciudad de Barcelona.

Fue sometido al consiguiente consejo de guerra para aclarar el apresamiento del buque de su mando, celebrándose el 23 de abril de 1797, el veredicto fue de absolución total, por ello inmediatamente se le volvió a dar el mando de diversos buques sucesivamente.

Por Real orden del 27 de mayo de 1798 se le otorgó el mando del falucho Mercedes, siendo de nuevo destinado a transportar pliegos a la bahía de Palermo, donde se encontraba el brigadier don Baltasar Hidalgo de Cisneros, llevó a cabo la comisión con una destreza especial, para eludir la presencia de enemigos y no volver a ser capturado, fondeando en Cartagena el 2 de agosto, por orden se le cesó en el mando del falucho y se le otorgó el mando del jabeque San Luis, desembarcando el 21 de octubre siguiente.

Por Real orden del 30 de enero de 1799, se le otorga el mando de nuevo del jabeque San Luis y con él el de todas las fuerzas navales sutiles construidas y con base en el puerto de Barcelona, por orden del 22 de septiembre siguiente trasbordo al jabeque Gamo, quedando desembarcado el 27 de septiembre de 1800, con la orden de pasar a Cartagena.

Durante su mando en el puerto de Barcelona, fueron apresadas dos fragatas bátavas [1], por ello fue llamado a Cartagena para pasar un consejo de guerra, vista la causa, S. M. firmó la Real orden del 21 de febrero de 1803, siendo repuesto en su mando y ascendido al grado de capitán de fragata, con antigüedad de la promoción del 5 de octubre próximo pasado.

Por Real orden del 28 de mayo de 1803, se le otorgó el mando de la fragata Matilde, zarpando de Cartagena con rumbo a Cádiz, desempeñando varias comisiones en el Atlántico, una de ellas lo llevó a Ferrol y después a Santander, donde fue cargado su buque con artillería para desembarcar en la bahía de Cádiz, permaneciendo a su mando hasta el 2 de septiembre de 1804.

A finales de 1805 se le destino como comandante del apostadero de Algeciras, pero pocos después se le otorgó el mando a un oficial de mayor graduación, quedando como su Mayor General manteniendo varios encuentros con las fuerzas navales del Reino Unido por el bloqueo que venían ejerciendo desde el combate de Trafalgar sobre la bahía de Cádiz.

Habiéndose producido el alzamiento nacional del 2 de mayo de 1808, le fue ordenado pasase con una división de fuerzas sutiles de Algeciras a la bahía de Cádiz, donde entre los días 9 a 14 de junio participó en los combates que dieron como resultado, el apresamiento de la escuadra francesa del almirante Rosilly, primera victoria española sobre las armas napoleónicas.

El 25 siguiente la Junta le comisionó para que a bordo de una corbeta británica, cruzase el océano con rumbo a Tierra Firme, para desembarcar y por tierra llegar a Santa Fe, llevando los pliegos que comunicaban a aquella provincia, el alzamiento nacional en la península contra el invasor napoleónico, al cumplir su comisión regresó a Cádiz, donde se le entregó la Real orden del 23 de febrero de 1809, siendo ascendido al grado de capitán de navío.

Quedo desembarcado en el Departamento, hasta ser nombrado por Real orden del 5 de agosto siguiente Mayor General del Departamento de Ferrol, donde se desplazó, permaneciendo en su destino hasta el 22 de enero de 1811, por haber elevado petición repetidamente de ocupar un puesto en la guerra que se estaba dilucidando, embarcó de transporte en el fragata Esmeralda desembarcando en la bahía de Cádiz.

Al poco tiempo se le nombró jefe del apostadero de las islas Filipinas, Manila, pero solicitó quedarse en España, pues pensaba que la situación del momento en la península, era más conveniente permanecer en la península para participar en su defensa.

En el mes de octubre siguiente se le otorgó el mando del navío San Pablo, realizando varias comisiones por el Mediterráneo, al regreso de una de ellas se le embarcaron mil seiscientos hombres del ejército para transportarlos a Montevideo, por encontrarse sitiada por los insurgentes, cumplió su comisión y regresó a la bahía de Cádiz el 30 de marzo de 1814, por Real orden del 26 de noviembre siguiente, se le nombraba comandante del apostadero del Callao, por ello entregó el mando de su navío en diciembre continuo.

En el mes de marzo de 1816, embarcó de transporte en el bergantín Hiena, desembarcando en Portobelo, cruzó el istmo de Panamá llegando al Callao donde tomó posesión del apostadero el 26 de octubre siguiente.

Fue autorizado el virrey y éste a Bacaro, para alistar una fuerza naval para dar protección al tráfico marítimo, para poder ejercer el domino del mar eligió ocho unidades entre fragatas y bergantines mercantes, las cuales por ser mercantes fueron artilladas con 34 cañones de á 18.

Con ellas defendió hasta donde le permitían los medios, pero en 1817 al llegar el anterior almirante británico, lord Cochrane, ahora al servicio de los insurrectos decidió organizar las fuerzas sutiles, para ello fue incorporando todos los botes, lanchas y místicos que le parecieron apropiados, siendo armados con cañones de á 18 y á 24 libras.

El 3 de febrero de 1819 se presentó en el Callao el citado almirante con un navío de 60 cañones, dos fragatas una de 50 y otra de 40, dos corbetas de 20 y 26, más tres bergantines de 16 á 20, dando comienzo los combates navales, los españoles desviaron y destruyeron todos los brulotes que les lanzaron, efectuando ataques nocturnos y en calma, dejando a los enemigos muy mal parados, pero enterado que su punto de partida y fondeo era la isla de San Lorenzo, les atacó de noche, para poder librase de las cañoneras los insurrectos tuvieron que picar los cables de las anclas, logrando ponerse en movimiento, pero al faltarles conque fondear no pudieron parar hasta alcanzar el puerto de Valparaíso el 26 de marzo siguiente.

El 29 de septiembre siguiente se presentó de nuevo el almirante Cochrane, esta vez con más fuerzas navales y medios, repitiendo el intento de bombardear la plaza y la escuadra, lanzando bombas incendiarias y cohetes a la congreve, no logrando alcanzar la línea de defensa española, por ello en la noche del 15 de octubre lanzó una fragata convertida en brulote que fue desviada y hundida por las lanchas cañoneras, evitando explosionara antes de lograr su objetivo, sufriendo un nuevo fracaso el enemigo.

Por estas acciones, el virrey determino ascender con fecha del 5 de noviembre siguiente a todos los oficiales, por ello se le ascendió al grado de jefe de escuadra, por méritos de guerra, siendo informado S. M. de todo ratificó con la misma fecha el ascenso entregado por el virrey.

Zarpó del apostadero del Callao con la fragata Prueba y el bergantín Maipú, con rumbo a Guayaquil transportando tropas para reforzar su defensa, cuando el 19 de abril de 1820 encontrándose a la altura de la isla de Ancumano avistó la fragata insurgente Rosa de los Andes, del porte de 30 cañones, se enfrentó a ésta pero al estar cerca de tierra logró entrar en el río Isguande, quedando del combate tan destrozada que no volvió a navegar, ascendió a Arica donde desembarcó pertrechos de guerra, regresando al Callao a finales de junio.

Lima ante la presión de los insurgentes fue abandonada por el virrey y sus tropas a principios del mes de julio siguiente, ordenando a Bacaro que con las suyas defendiese el Callao, cumplió la orden hundiendo antes todos sus medios navales por ello desembarco a unos seiscientos cincuenta hombres de sus buques, entre marineros, soldados y vecinos que se matricularon, aprestándose a cumplir la orden recibida, posición en la que se mantuvo por espació de noventa largos días, en los que llegó a faltar de todo, advirtiendo que tampoco podía ya recibir ayuda del exterior y por tanto alargar la defensa, era sólo aumentar las ya considerables bajas y penurias, por ello firmó la capitulación propuesta por el general San Martín.

En reconocimiento por la brava defensa el general San Martín les dejó en libertad, para poder regresar a la península contrató una fragata mercante por nombre Especulación, siendo abordada por los doscientos cuarenta hombres que quedaban vivos o heridos, zarpando el 29 de noviembre de 1821, arribando a la bahía de Cádiz el 15 de marzo de 1822.

Por Real orden del 17 de mayo siguiente fue nombrado comandante General del Departamento de Cartagena, desempeñando este destino hasta el 12 de julio siguiente y por tener cumplidos todos los requisitos de reglamento, S. M. le otorgó la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.

Por Real orden del 28 de febrero de 1823, se le otorgó el mando de una división naval, compuesta por el navío Asía, fragata Casilda, corbeta Aretusa y el bergantín Aquiles, enarbolando su insignia el 7 de junio en el navío, combatiendo contra el ejército al mando del duque de Angulema, llamado los ‹Cien mil Hijos de San Luis›, pero sin mayor oposición por ello vencieron toda resistencia.

El 1 de octubre ya sin posibilidades de defensa, el Rey se trasladó al cuartel general del duque de Angulema encontrándose asentado en la población del Puerto de Santa María, donde se le devolvieron los poderes absolutos y por Real decreto de éste mismo día todo regresaba a la situación del 7 de marzo de 1820, cuando el Rey fue obligado a jurar la Constitución, la cual como consecuencia de este R. D. quedó abolida, por ello Bacaro cesó en el mando de la división el 15 siguiente.

Por Real orden del 15 de diciembre siguiente fue nombrado Inspector y Comandante General de los regimientos de Infantería Real de Marina, permaneciendo en el mando hasta el 9 de septiembre de 1827, siendo la razón la nueva organización implantada en los Reales cuerpos de Infantería y Artillería de Marina.

Por no existir puesto de su alto grado, solicitó se le dejara pasar a residir a Cartagena por tener allí su casa, siéndole concedido, realmente ya estaba retirado, pero en la época no existía tal retiro, por ello al fallecer el capitán general del Departamento de Cartagena don Baltasar Hidalgo de Cisneros el 9 de junio de 1829, por ser el más antiguo de los de su grado tomó el mando interinamente.

Al ser proclamada Princesa de Asturias el 13 de octubre de 1830 la futura reina doña Isabel II, para celebrar el acontecimiento don Fernando VII concedió unas Gracias generales, por este motivo a don Antonio Bacaro le otorgó la Gran Cruz de la Real Orden Americana de Isabel la Católica.

Falleció en su ciudad natal el 4 de noviembre de 1833, cuando contaba con setenta y dos años de edad, de ellos cincuenta y seis de muy especiales y honrosos servicios a España.


Notas

  1. Batavia, País habitado por los bátavos. Nombre latino de Holanda.


Bibliografía:

Aragón Fontela, Miguel.: La Rendición de la Escuadra Francesa de Rosilly (14 de junio de 1808) Cuaderno Monográfico del Instituto de Historia y Cultura naval, N.º 55. Madrid, 2007. Págs. 67 a 90.

Barbudo Duarte, Enrique.: Apresamiento de la escuadra francesa del almirante Rosilly en la bahía de Cádiz, el 14 de junio de 1808.

Cantillo, Alejandro del.: Tratados, Convenios y Declaraciones de Paz y de Comercio desde el año de 1700 hasta el día. Imprenta Alegría y Chalain. Madrid, 1843.

Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957. Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.

Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa. Tomo 7. 1910. página, 1.150.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

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