Huony u OHuonyn de OConnell, Daniel Biografia

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Biografía de don Daniel Huony u O’Huonyn de O’Connell


 Óleo de Daniel Huony u O’Huonyn de O’Connell.
Daniel Huony o O'Huonyn de O'Connell
Cortesía del Museo Naval de Madrid.


Teniente general de la Real Armada Española.


Orígenes

Vino al mundo a lo largo del año de 1683, sus padres fueron Walter O’Huonyn y su esposa doña Margaret O’Connell de Killaspuglonane, pertenecientes a la familia de los ‹ Green › una de las más importantes, pero no de las llamadas ‹ grandes ›

Fue bautizado en la parroquia de Killaspuglonanna, cercana a la población de Kilmacrehy y ésta a la ciudad de Ballycotton, en el condado de Clare, como se ve era nacido en Irlanda y emigró a España (como otros muchos irlandeses a los largo de la Historia) por la constante persecución de los católicos, por parte de los británicos, que como siempre aunque muy sutilmente, no tenían una Santa Inquisición oficialmente, pero en sus actos poco se diferenciaban. Si se sabe que realizó los estudios de náutica en su país, pero cansado de ir a escondidas en su propia tierra, se supone que por el año de 1711 decidió emigrar a España alistándose y comenzando a prestar sus servicios en el ejército de tierra como soldado; por sus méritos de guerra alcanzó el grado de teniente efectivo, pero capitán habilitado.

Hoja de Servicios

Al alcanzar este grado se presentó al examen del cuerpo de pilotos, siendo nombrado piloto principal el día 25 de agosto del año de 1714, por su buen hacer fue propuesto por sus jefes para pasar al cuerpo general, teniendo lugar este hecho el día 8 de enero del año de 1715, con el grado de teniente de fragata.

Se le destinó nada más ser aprobado en el cuerpo general, a la ciudad de Barcelona donde el general don Pedro de los Ríos estaba preparando la expedición para la reconquista de Mallorca, zarpando con ella el día 11 de junio del mismo año, donde permaneció en campaña hasta el feliz final de la empresa.

En el mes de agosto del año de 1717, embarcado en la escuadra del marqués de Mary, participó en la expedición para la reconquista de la isla de Cerdeña, estando en ella durante todo el tiempo que duró, a su término regreso, arribando al puerto de Barcelona de donde había zarpado.

El día 18 de junio del año de 1718 zarpó del puerto de Barcelona en la escuadra del mando del general don Antonio Gaztañeta, que protegía un convoy con tropas al mando del marqués de Lede con rumbo a reconquista de Sicilia.

Por lo que participó en combate naval de cabo Passaro, contra escuadra británica del almirante Bing, que atacó a la española sin declaración de guerra previa, cayendo prisionero de los enemigos siendo recuperado por canje y regresando a la bahía de Cádiz en la división de don Baltasar de Guevara, capturando en la travesía una fragata británica arribando a la bahía de Cádiz en octubre del propio año.

Se quedó en la Flota de Indias al mando del general don Baltasar de Guevara, por lo que en la primavera del año de 1720 realizó el tornaviaje propio de esta Flota, regresando con caudales a la bahía de Cádiz el día 20 de septiembre del mismo año.

Fue destinado a su regreso a la escuadra que por divisiones realizaba el corso contra la piratería berberisca, participando en numerosos combates, estando en esta misión se le destino a realizar un viaje redondo a la mar del Sur, arribando a los puertos de Valparaíso y el Callao, donde desembarcaron los azogues y cargaron el situado, volviendo a hacerse al amar y doblando de nuevo el cabo de Hornos arribando felizmente a la bahía de Cádiz.

Por Real orden del día 8 de enero del año de 1727 fue ascendido al grado de teniente de navío y a bordo de uno de los buques de la escuadra del general don Rodrigo de Torres, la cual cruzó por el canal de la Mancha y en un combate fueron apresados cinco buques mercantes británicos.

Regresó la escuadra a la bahía de Cádiz y recibió orden de trasbordad a los buques de la Flota de Indias, que al mando del general don Manuel López Pintado, iba a Tierra Firme y las Antillas para regresar con caudales a la bahía de Cádiz a principios del año de 1729. Al año siguiente realizó el mismo viaje con la Flota, pero al mando del marqués de Mary, arribando a la bahía de Cádiz el día 18 de agosto del año de 1730.

Por Real orden del día 10 de febrero del año de 1731 se le ascendió al grado de capitán de fragata, entregándole el mando del navío Fuerte que pertenecía a la escuadra del general don Francisco Cornejo, zarpando ésta en protección de un convoy con tropas al mando del duque de Montemar, en la expedición que se realizó sobre Orán, al termino de ella con victoria española, se sumo, el hundimiento del navío capitana de Argel en la ensenada de Mostangan.

Continuó al mando del navío, realizando diferentes comisiones, así como el corso contra los berberiscos, arribando al puerto de Cartagena desde el de Málaga, por haberse encontrado una gran vía de agua y necesitar el buque un buen repaso de fondos siendo desarmado para ello, quedando desembarcado.

Por Real orden del día 28 de agosto del año de 1740 se le ascendió al grado de capitán de navío, siéndole entregado el mando del San Felipe, de 80 cañones siendo el insignia del general don Rodrigo Torres, zarpando la escuadra con rumbo a la Antillas, estando a la altura de la isla de Puerto Rico se levantó un fuerte temporal, quedando el San Felipe varado por orden de su comandante para impedir su pérdida, pues le había sido arracada la vega mayor, el general traslado su insignia y al ser reparado Huony decidió poner rumbo a Cartagena de Indias, donde se incorporó a la escuadra del mando del general don Blas de Lezo.

Aquí llegó la expedición del almirante Vernon en el año de 1741, con la intención de usurpar el puerto y la ciudad, defensa que ha pasado a la historia por su heroicidad y las cuantiosas pérdidas británicas sufridas en ella, estando presente Hunoy en la defensa de Boca Chica, por haber ordenado don Blas que su navío fuera barrenado, en ésta posición como la mayoría se comportó como les guiaba su general al mando, siendo herido de gravedad. Desalojados los enemigos, se recuperó de sus heridas y regresó vía la Habana a la Península.

Se le pierde el rastro y ya nos lo encontramos a principios del año de 1750, realizando el corso contra los berberiscos, así como transportando tropas y bastimentos a los presidios norteafricanos, así como atendiendo en la misma misión a las islas Canarias.

En la primavera recibió la orden de trasladarse a la Habana, siendo transportado en el primer buque con destino a ésta capital, al arribar se le entregó el mando del navío Nuestra Señora del Carmen alías la Galga, mientras se preparaba un convoy con rumbo a la Península, una vez reunidos los seis mercantes que lo componían, se le añadió de escolta y para misión de descubierta, el bergantín Nuestra Señora de la Mercedes, alías Mercedes, al mando de don Antonio Barroso.

Todo ya a punto se largaron velas y levaron anclas haciéndose a la mar el día 18 de agosto del mismo año de 1750, transportando a varios prisioneros británicos, la 2ª compañía del 6º Batallón del Real Cuerpo de Infantería de Marina y varias propiedades de la Corona.

Pusieron proa al canal grande de las Bermudas para buscar la salida al océano y las corrientes de éste, cuando ya estaban en la buena zona fue sorprendido el convoy por un fuerte temporal, que en muy poco tiempo desarboló al Galga y por ser vientos de tipo huracanado, lo fueron arrastrando contra la costa del continente.

Se intento casi todo, ya que al ir embarcando agua, para compensar se fueron arrojando cañones, pero todo fue inútil acabando por irse a pique el día 25 de agosto, en una posición cercana al paralelo 38º de latitud Norte que separa los actuales estados de Norteamérica, en su zona divisoria entre Virginia y Maryland, en la isla de Assateague en su costa de Eastern Shore.

Por las excelentes medidas de precaución tomadas, solo se perdió a un hombre del navío y ninguno del bergantín, lo que dadas las circunstancias fue todo un éxito de previsiones tomadas de antemano. En el año de 1752 se le entregó el mando del navío Galicia, con el que principalmente atendía a la protección de la recalada de las Flotas de Indias, realizando cruceros constantes entre los cabos de San Vicente, Santa María é islas Terceras. Así mismo realizó varios viajes con la misión de proteger y transportar hombres y bastimentos, tanto a las islas Canarias como a las Baleares.

Por Real orden del día uno de abril del año de 1755 se le nombró Comandante General interino del Departamento del Ferrol, estando en él, se le entregó la Real orden del día 30 de mayo del mismo año, por la que era ascendió al grado de jefe de escuadra.

Por Real orden del día 13 de julio del año de 1760, se le ascendió al grado de teniente general, continuando en el cargo, hasta que fue nombrado en posesión el teniente general Conde de Vega Florida, con fecha del día 7 de octubre del año de 1761, pero continuó sin mando en el mismo Arsenal.

Hasta que el Conde fue llamado a la Corte para una comisión, siendo nombrado de nuevo interino en el mando, con fecha del día 14 de abril del año de 1763, permaneciendo en él hasta el regreso del propietario el día 25 de mayo del año de 1765.

Ya de avanzada edad y con achaques, solicito a S. M. y se lo concedió su pase al Arsenal de Cádiz, para al menos estar más cerca de su casa y porque las condiciones ambiéntales son más dulces.

Allí continuó hasta el día 14 de junio del año de 1771 en que le sobrevino el óbito por enfermedad natural, siendo sepultado en la iglesia de la Isla de León, hoy Cádiz.

Como buen marino, tampoco dejó la pluma de lado, ya que existe un libro con el título: « Letters of an Exile 1750–1767 » editado por Dr. George U. MacNamara. Donde recopila nueve cartas, tanto las escritas por él como las contestaciones recibidas de sus familiares y siempre con referencia al trato recibido por los que allí quedaron, ya que las persecuciones no cesaron, mientras él explica lo feliz y tranquilo que vivía en España, tanto por la facilidad para practicar su religión, como por la diferencia de ambiente, mucho más cálido y menos húmedo que en su amado país, por ello se negó a regresar.

Bibliografía:

Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957. Compilada por contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española, desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Tipográfico Sucesores de Rivadeneyra. Madrid 1895—1903.

Fernández Duro, Cesáreo.: Naufragios de la Armada Española. Establecimiento tipográfico de Estrada, Díaz y López. Madrid 1867.

Gómez Cañas, Santiago.: Historial del navío ‹ Galga ›

González de Canales, Fernando.: Catálogo de Pinturas del Museo Naval. Tomo II. Ministerio de Defensa. Madrid, 2000.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid 1873.

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