Ligera (1864)
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Construcción:
Goleta de hélice, con casco de madera, que pertenecía a la serie de 8 goletas de madera construidas en La Carraca, Ferrol, Cartagena y Huelva. Tenían algunas diferencias en el desplazamiento y dimensiones.
Financiadas por el Ministerio de Ultramar, formaba serie con las restantes Andaluza, ex Andalucía, Circe, Covadonga, Guadiana, Huelva, Sirena y Favorita.
Su construcción se autorizó el 9 de octubre de 1861, encargándose los trabajos el arsenal de La Carraca, donde se puso la quilla el 1º de septiembre de 1862 y fue botada el 1º de mayo de 1864.
Su casco de madera desplazaba 445 toneladas, medía 45,02 metros de eslora, 7,20 de manga, 4,08 de puntal y 2,68 de calado.
Su máquina era de 130 caballos nominales y 390 indicados, alcanzando una velocidad de 6 a 8 nudos.
Armada con 2 cañones lisos de 68 libras y uno de 16 cm rayado. Su dotación era de 125 hombres.
Historial:
En 1863, aún en construcción, se encontraba al mando del teniente de navío don Pedro Ramírez e Isassi. Junto a su gemela Sirena, fue destinada a la Habana en 1866 durante la guerra del Pacífico. Regresó a Cádiz en 1868.
El 18 de septiembre de 1868 se sublevaron en Cádiz el brigadier don Juan Bautista Topete y el general don Juan Prim. La fragata Zaragoza fue el buque elegido como insignia por los sublevados. Desde esta fragata anunció Topete el derrocamiento de la reina. Se encontraban en Cádiz las fragatas de hélice Lealtad y Villa de Madrid, la corbeta de hélice Santa Lucía, las goletas de hélice Concordia, Edetana y Ligera, los vapores de ruedas Isabel II y Vulcano y el transporte Ferrol. Al no ser informado de la revuelta por Topete, al comandante de la goleta, teniente de navío don Vicente Montojo y Trillo, le sorprendió lo que sucedió el 18 de septiembre para derrocar a la reina.
Tras el éxito inicial, la escuadra sublevada inició una travesía y recaló en varios puertos del Mediterráneo, sumando nuevas unidades y guarniciones. El comandante de la Escuadra del Mediterráneo, el brigadier don Juan Bautista Antequera y Bobadilla, que izaba su insignia en la fragata Zaragoza desde el 10 de diciembre de 1868, restableció la disciplina, muy quebrantada tras la revolución de septiembre, fondeando con la escuadra en Santa Pola. La escuadra, formada por las fragatas Zaragoza, Tetuán, Gerona y Villa de Madrid, el vapor Isabel II, rebautizado Ciudad de Cádiz, y la goleta Ligera, que seguía al mando del teniente de navío Montojo, llego a finales de diciembre a Cádiz para apoyar las operaciones contra los insurrectos revolucionarios.
El 1º de enero de 1869 bombardeó en Málaga varios focos de los revolucionarios. El 30 de enero de 1869 regresó la escuadra a Cartagena y después pasó a Santa Pola, donde permaneció más de tres meses. El comandante Antequera tuvo que resolver varios conatos de indisciplina desde la revolución de septiembre.
En 1870 se encontraba al mando del teniente de navío de primera clase don Joaquín de la Torre y Figueroa. En 1872 fue destinada a las islas Filipinas y, desde allí, se desplazó a Fernando Poo, permaneciendo en aquellas aguas en 1874.
Al poco de estallar la tercera guerra carlista, en 1872, se fueron incorporando varios buques de guerra a las operaciones en el Cantábrico. En enero de 1874 se crearon las Fuerzas Navales del Norte, incorporándose a ellas la goleta al mando del teniente de navío don Luis Pastor y Landero.
Tomó parte en las operaciones del sitio de Bilbao, ocupado por los carlistas, bombardeando las posiciones enemigas hasta que la ría del Nervión fue de nuevo ocupada el 1º de mayo de 1874. El 21 de febrero de 1874 bombardea Portugalete y Las Arenas con los vapores de ruedas Ciudad de Cádiz, Gaditano y Ferrolano, la corbeta Consuelo y la goleta Concordia. El 23 de febrero bombardea las mismas posiciones carlistas con el vapor Ferrolano. El 25 de febrero bombardea Portugalete y Santurce con la corbeta Consuelo. El 25 de marzo de 1874 bombardea Santurce, Algorta y las posiciones carlistas de San Pedro Abanto con la fragata de hélice Blanca, la corbeta Consuelo, las goletas Concordia y Buenaventura y los vapores Ciudad de Cádiz, Gaditano y Ferrolano. El 30 de marzo ataca Santurce con la goleta Concordia y el vapor Ciudad de Cádiz. En los días siguientes realizará las mismas operaciones contra Santurce. El 18 de junio bombardea Lequeitio y al día siguiente Ondárroa. Tiene que retirarse a causa de los daños del fuego carlista, que le causan un muerto y dos heridos.
Muerto el capitán de navío don Victoriano Sánchez Barcáiztegui, su sucesor, el contraalmirante don José Polo de Bernabé, embarcó en la fragata blindada Vitoria, que había salido de Ferrol en junio de 1875 con las goletas Buenaventura, Ligera y Sirena. La goleta siguió participando en las operaciones de bloqueo de la costa carlista hasta el final de las operaciones.
En el otoño de 1875 sustituyó a la goleta Ceres en la estación naval del Río de la Plata. Se encontraba al mando del teniente de navío de primera clase don Luis Pastor y Landero. Fue sustituida en la estación naval por la corbeta Consuelo, zarpando rumbo a Cádiz el 18 de marzo de 1878. Durante la travesía, el teniente Pastor fue ascendido a capitán de fragata.
De regreso en la Península, formó parte de la escuadra que fondeó en Tánger en 1878 para reclamar el territorio de Santa Cruz de Mar Pequeña (después Ifni).
En 1879 se encontraba al mando del teniente de navío de primera clase don Antonio Moreno Guerra. Ese mismo año quedó varada en una playa cubana, siendo enviada a Ferrol para ser reparada, quedando incorporada al departamento marítimo ferrolano.
En el verano de 1881 fue utilizada la goleta como yate real durante la estancia de los reyes en Comillas para realizar varias travesías por el Cantábrico. El 7 de agosto de 1881 embarcaron los reyes en Santander en el cañonero Tajo que los llevó a la isla Magro. Allí transbordaron a la corbeta Tornado, que los llevó a Ferrol escoltados por las goletas Concordia y Ligera y el vapor de ruedas Ferrolano. Después de presidir unas maniobras de la escuadra y la botadura y puesta en quilla de varias unidades en Ferrol, los reyes Alfonso XII y María Cristina embarcaron el 13 de agosto de 1881 en la fragata Sagunto, realizando varias travesías con dicha escuadra. En 1882 embarcaron los reyes de nuevo en la goleta, con la que visitaron varios puertos andaluces.
En 1882 llevó dos compañías de Infantería de Marina para la guarnición de Mar Pequeña y la defensa de aquel territorio.
Regresó a la Habana en 1883. Sufrió un nuevo accidente en 1884 en Nuevitas al explotar una de sus calderas. Por esta razón fue dada de baja en 1886, según Bordejé y Morencos.
En 1885 se encontraba al mando del teniente de navío de primera clase don Edelmiro García Failde. Al mando del capitán de fragata Barrasa, gobernador del territorio, fue enviada en marzo de 1887 a Guinea Ecuatorial, donde tuvo una destacada actuación. El 2 de agosto de ese año, realizando trabajos para la Comisión de Límites, tuvo un incidente con el aviso francés Lalande cerca de la isla de Elobey, cuando el comandante francés pretendía izar la bandera francesa en la orilla izquierda del río Muni, la zona continental, reclamada por España. Regresó a España en 1887.
Dada de baja en 1888, desguazada en La Carraca en 1892.
Bibliografía:
Bordejé y Morencos, Fernando de.: Crónica de la Marina española en el siglo XIX, 1868-1898. Tomo II. Ministerio de Defensa. Madrid, 1995.
Coello Lillo, José Luis, Rodríguez González, Agustín Ramón.: Buques de la Armada española a través de la fotografía (1849-1900). Ministerio de Defensa. Instituto de Historia y Cultura Naval. Aqualarga. Madrid, 2001.
González, Marcelino.: Otros 50 Barcos españoles. Fundación Alvargonzález. Gijón, 2012.
Lledó Calabuig, José.: Buques de vapor de la Armada española. Del vapor de ruedas a la fragata acorazada, 1834-1885. Aqualarga Editores. Madrid, 1997.
Pardo San Gil, Juan.: “La Marina en la última guerra carlista (1872-1876)”. Revista Ristre. Julio-agosto 2.003, nº 9, página 34.
Pardo San Gil, Juan.: “Las operaciones navales en las Guerras Carlistas”. Itsas Memoria. Revista de Estudios Marítimos del País Vasco. Año 2006, nº 5. Museo Naval. Donostia-San Sebastián, páginas 445-446.
Rodríguez González, Agustín Ramón y Coello Lillo, José Luis.: La fragata en la Armada española. 500 años de historia. IZAR. Construcciones Navales, S.A. 2003.
Compilada por Santiago Gómez.