Combate Trafalgar Parte oficial navío San Ildefonso 1805
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<big>'''Artillería del Ejército:''' Sargento 2º Rosendo Blanco; artilleros: Pedro Martínez, Santos Aparicio y José Sánchez.</big> <big>Carlos Rodrigo y Jacobo Arévalo.</big>''' | <big>'''Artillería del Ejército:''' Sargento 2º Rosendo Blanco; artilleros: Pedro Martínez, Santos Aparicio y José Sánchez.</big> <big>Carlos Rodrigo y Jacobo Arévalo.</big>''' | ||
- | <big>Cádiz, 30 de octubre de 1805. José de Vargas (rubricado)</big>''' | + | '''<big>Cádiz, 30 de octubre de 1805. José de Vargas (rubricado)</big>''' |
==Bibliografía:== | ==Bibliografía:== |
Revisión de 10:15 18 mar 2020
Parte de su Comandante don José de Vargas.
«Don José de Vargas y Varáez, Brigadier de la Real Armada y Comandante que fue del navío de Su Majestad nombrado «San Ildefonso», da parte al Excmo. Sr. D. Federico Gravina, Comandante General de las Fuerzas Navales del Océano, de lo ocurrido en mi buque en el combate de 21 de octubre contra la escuadra inglesa al mando del Almirante Nelson.
A las doce y tres cuartos de la mañana del citado día me atacó un navío inglés a tiro de fusil, que después se estrechó más, prolongándose desde el portalón para proa por la banda de babor, llevando la escuadra esta amura y siendo el viento al SSO.; después me atacó otro navío por la aleta de la misma banda, a tiro de pistola.
A las doce y media, hallándome batiendo con estos dos buques, fui herido de astillazo en el brazo izquierdo y contuso bajo la tetilla del mismo lado, lo que me obligó a retirarme del puesto dejando el mando al Segundo Comandante D. Anselmo Gomendio.
Hallándome en la enfermería me avisó el Segundo Comandante que el primer navío enemigo que atacó se había separado del combate. Mi respuesta fue quedar enterado de ellos y que siguiese en combate con ardor, y que si la suerte de él fuese desgraciada, no arriase la bandera hasta el último extremo.
A las cuatro y cuarto de la tarde me avisó el Segundo Comandante de que el navío se hallaba desarbolado de todos sus palos excepto el trinquete, que estaba para sucederle lo mismo, con muchos muertos y heridos y muchos balazos a flor de agua, por cuyo motivo se hallaban armadas las cuatro bombas, las que apenas podrían achicar el agua que se introducía, y que si se seguía el combate era indispensable nos fuésemos a pique, a los que les contesté que respecto a las circunstancias que me exponían y no tener gente para poder servir las baterías ni esperanzas de poder ser sostenido por ningún navío de la escuadra, arriase la bandera para evitar el sacrificio de una tripulación que había cumplido con su deber sosteniendo un combate de cuatro horas y tres cuartos contra dos navíos enemigos a una distancia tan corta como ya he expresado, y por último un tercero que entró de refresco, que fue el que me obligó a rendir, nombrando el Defensa, su capitán Jorge Hope, cuya rendición quedó verificada a las cuatro y media.
Después de concluido el combate y rendido el navío, mandé al Segundo Comandante me pasara un parte oficial de las ocurrencias y circunstancias que había habido durante él, el que me pasó como a continuación se expresa:
‹En cumplimiento de la orden de V. E. de participarle por escrito las ocurrencias del combate del 21 del presente, después que V. S. se vió en la dura precisión de retirarse a causa de su herida, debo decirle: Que los dos navíos que a su retirada batían a éste a tiro de pistola, conservaron su posición hasta la una y media de la tarde, a cuya hora fueron relevados por otros dos, los cuales me destruyeron considerablemente el aparejo e introdujeron muchas balas a lumbre del agua, obligándome a poner en su uso las bombas, y me metieron dentro muchos tacos encendidos, por los cuales se prendió fuego en el alcázar y toldilla, cuya extinción la conseguí con mucho trabajo.
Desarbolé del palo de trinquete a uno de estos navíos que me causaron tantas averías, y se retiraron del combate; a las tres de la tarde, viendo que se dirigía para mí el navío Defensa, que aun no había combatido, situándose por mi aleta de estribor con fuego muy vivo y sostenido, concluyó la obra que tanto avanzaron los cuatro anteriores, acabando de desarbolarme, matándome e hiriéndome mucha gente, incluso al comandante de la primera batería D. Agustín Monzón y el de Fragata D. José Roso, y herido el Teniente de Fragata D. Domingo Monteverde, Comandante de la segunda batería, y el Alférez de la misma clase D. Gabriel de Pasos, destinado en el castillo; en esta situación di a V. S. aviso por mi ayudante D. Benito Garisoaín a las cuatro y cuarto de la tarde, quien me trajo la respuesta que V. S. ‹ se hallaba muy cerciorado del modo de conducirme, y que hiciese lo que me pareciese más conveniente sobre arriar o no la bandera, pero que siempre se tratara de sostener hasta el último extremo el honor de la bandera›
Últimamente, introduciéndome en el codaste de este navío y costados tantos balazos a la lumbre del agua, en términos que las, cuatro bombas no eran suficientes para extraer la que hacía el navío, volví a dar aviso a V. S. con el citado Ayudante, a las cuatro y cuarto de la tarde, de la situación en que me hallaba y de que ya no quedaba otra defensa contra el enemigo si no es la de dejarme ir a pique, a fin de que éste no se aproveche del buque, pues que el situado a mi amura de estribor no me permitía dirigirle el tiro alguno, por estar hecho una boya. Volvió el Ayudante con la respuesta de V. S. previniéndome arriase la bandera, lo que ejecuté a las cuatro y media de la tarde en punto. Arroje al mar los pliegos reservados, y sin la menor dilación me condujeron al navío Defensa, cuyo Capitán me hizo volver a bordo de mi navío antes de media hora, diciéndome ‹que éste hacía demasiada agua y que era preciso que yo hiciese trabajar a mi gente si queríamos salvar nuestras vidas›
A mi regreso del Defensa pasé a la enfermería a informar a V. S. verbalmente de lo que llevo expresado, y sólo me resta exponer a V. S. los individuos que más se han distinguido en el combate, así por su serenidad como por su actividad en las maniobras y en los varios incidentes que han ocurrido: Teniente de Navío y Comandante de la primera batería D. Agustín Monzón, herido mortalmente a las tres y media de la tarde; ídem Comandante del castillo D. Juan José Murrieta, observé su mucha actividad y serenidad en las maniobras; ídem de Fragata y Comandante de la segunda batería D. Domingo Monteverde, herido a las tres y tres cuartos de la tarde, tuve que mandar personalmente a ese Oficial a se retirase a la enfermería, pues que sus deseos de sacrificarse no le permitían abandonar la batería aun con la justa causa de hallarse herido: ídem Segundo de la primera batería D. José Roso, muerto en el acto a las tres y media de la tarde; Alférez de Navío Comandante de la batería de la alcázar D. Miguel Merlos e ídem Oficial de señales y maniobras D. Benito Garisoaín, estos dos Oficiales se distinguieron particularmente así en extinguir el fuego de toldilla y alcázar como en las varias comisiones que en el curso del combate puse a su cargo; Alférez de Fragata destinado en el castillo D. Gabriel Pasos, herido a las tres de la tarde, después de haberse sostenido hasta aquella hora con la debida y natural serenidad; Guardia Marina destinado en la Banda D. Juan Vigodet, este joven dio pruebas de valor natural y afección nacional por el sentimiento que causó en él la orden de arriar la bandera; Sargento primero de Marina destinado a la bandera Carlos Calafat, Sargento segundo de Marina destinado en el castillo Pablo Morillo, otro ídem ídem Domingo González, Segundo Contramaestre patrón de lancha Manuel Pardo, estos cuatro individuos contrajeron un particular mérito y son acreedores a cualquier gracia; Primer Contramaestre Antonio Sánchez, herido en medio del combate.
A bordo del navío Ildefonso, 25 de octubre de 1805. Anselmo Gomendio. — Sr. D. José de Vargas Varáez.
NOTA — Cuando en el principio de mi parte digo que el navío inglés Defensa fue el tercero que entró a batirse, he padecido equivocación, pues antes de él entraron otros dos, como expresa el parte del Segundo Comandante, D. Anselmo de Gomendio, cuyo Oficial, por sus conocimientos, valor y serenidad en los mayores apuros lo considero acreedor a las gracias que Su Majestad se digne concederle, a quien espero lo recomiende V. E. como se merece.
Cádiz, 4 de noviembre de 1805. — José de Vargas y Varáez»
Muertos:
Teniente de navío D. Agustín Monzón, ídem de fragata, D. José de Rozo.
Artilleros de mar: Pedro Paz, Manuel Antonio Meis, Juan Santiáñez, Antonio José Fernández y Joaquín Agrelo.
Marineros: Francisco Rubayo, Pascual Mujía, Francisco Mariño, Pedro Maroño, Manuel de Noya, Domingo Acevedo, Toribio Arriola y Juan Mendoza.
Grumetes: Ciprián Pons, José Clemente Rodríguez, Salvador Villagómez, Andrés Mangado, José María Zavala, Miguel Fernández, Felipe Sedano y Luis Franco.
Infantes de Marina: Cabo 1º Pedro González. Soldados, Rodrigo Díez. 2º José Sánchez, Fausto Pérez, Leandro lastra y Benito Ogando. Voluntarios de la Corona:</big>
Heridos:
Artilleros de mar: José Cuervo, Pedro Navarro, Francisco Rodríguez, Pedro Otero, José Fernández del Viso, Domingo Méndez, Gregorio Otero, Gregorio Cabranes, José Tenrreiro, Ramón Suárez, Bernardo López, Martín Martínez, Jacobo Lea, Andrés García, Francisco Estrada, Nicolás Sendón, Victorio Comesaña, Pedro Martínez, Juan Antonio Roseñada, Amaro Domínguez, Francisco Sobrán y Manuel Muñiz.
Marineros: Juan de Sota, 1º José Rodríguez, Juan de dios Correa, Rosendo Gómez, José Mantarás, José Quinteiro, Juan Cavaría, José de Neyra, Juan de Soto, Jorge Rodrígues, Ramón Cintas, Fernando Manrica, Juan de San Pedro, Domingo Gómez, Manuel Prieto, Gabriel Pérez, 2º José Rodríguez, Domingo Pantín, Manuel de los Santos, Pedro Aguín, José Fernández Viñas, Toribio Nine, Luis Ferreiro, Andrés Rial, Rosendo Otero y Manuel Antonio Camilo.
Grumetes: Juan de Lago, José Vicente Pérez, Francisco Cortés, Blas Velasco, Ignacio García, Toribio Mendieta, José Blanco, Agustín Bellota, Manuel García, Antonio Morillo, Vicente Gomarra, José Betancur, José Hernández, Francisco González, Andrés López, 2º Pedro Vidal, Ramón Morales y Antonio Jiménez.
Infantería de Marina: Sargento 1º Carlos Calafar; ídem segundos Ángel Baquero, Domingo González, Francisco Pumariega, Pablo Morillo, Ramón Portillo; cabo 1º José García Arce; ídem 2º, Higinio Crespo; soldados: Juan González, Santiago Martín, Pedro Salamanca, Pedro Peláez, Miguel García, Antonio Sáez, Santiago Núñez, 3º Francisco González, Francisco Obregón, José Almaraz, Francisco Leonard, Simón Matías, Gabino Martínez, José Manuel de la Fuente, Francisco Castañeda, Ángel García, Tomás Fernández, Pascual Desco, Blas Martínez. Patricio Villanueva, José Suárez, Liborio Tobera, Ventura Sáez Pardo, Ventura Mira, Tomás Rodríguez, Juan García y José Mortera.
Contusos:
Marineros: Toribio Pérez.
Voluntarios de la Corona: Sargento 2º Antonio Yelmes, José Losada, 2º Domingo Gómez, Benito García, Francisco Ulloa, José Callado, Antonio Pastor, Antonio Leyva, Luis Garcia, Manuel Rincón, 2º Manuel Fernández, Vicente Garrido, Eugenio Argente, José de Silva, Domingo González, Francisco Amaro, Juan Veiga, 1º Manuel Álvarez y Francisco La Iglesia.
Artillería de Marina: 2º Condestable Manuel Mieres; cabo 1º Francisco García; bombardero, Gerónimo Ruiz. Ayudante Zacarías Domingo.
Artillería del Ejército: Sargento 2º Rosendo Blanco; artilleros: Pedro Martínez, Santos Aparicio y José Sánchez. Carlos Rodrigo y Jacobo Arévalo.
Cádiz, 30 de octubre de 1805. José de Vargas (rubricado)
Bibliografía:
González-Aller Hierro, José Ignacio. La Campaña de Trafalgar (1804-1805) Corpus Documental. Ministerio de Defensa. Madrid, 2004.
Lon Romeo, Eduardo.: Trafalgar (Papeles de la campaña de 1805). Excma. Diputación Provincial. Zaragoza, 2005. Facsímil.
O’Scanlan, Timoteo.: Diccionario Marítimo Español. Museo Naval. Madrid, 1974. Facsímil publicado en el año de 1831.
Transcrito por Todoavante ©