Perez de Alderete y Alba, Martin y Vilches, Gabriel Biografia

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Gabriel Pérez de Alderete y Alba, Martín y Vilches Biografía



Jefe de escuadra de la Real Armada Española.

I Marqués de Casinas.

Regidor perpetuo de la ciudad de Cádiz.

Orígenes

Vino al mundo a lo largo de 1677, muy posiblemente en Madrid o Valdemoro. Desde finales del siglo XVII, estaba al servicio de España en su escuadra de galeras, habiendo comenzado como casi todos en aquellos años y anteriores (no había Compañías de Guardiamarinas) con el puesto de soldado aventajado con siete escudos de sueldo, siendo muy joven.

Hoja de Servicios

Ya de oficial estuvo en el bloqueo de Barcelona en la escuadra de Andrés del Pes, realizando cruceros entre las aguas de Francia y la Península itálica a lo largo de 1713, con la misma escuadra y general, a finales de 1714 viajó a Génova para traer a España a la nueva reina doña Isabel de Farnesio, pero se negó totalmente a «pisar una tabla» decidiendo hacer el viaje por tierra, por ello la escuadra regresó al puerto de Barcelona.

En 1714 por Real orden del 21 de febrero, don Felipe V unía e igualaba los grados españoles a los de la Marina de Francia.

Al prepararse la expedición para retomar las islas de Mallorca e Ibiza, en poder de los austriacos, zarpó a primeros de junio de 1715 a las órdenes del general don Pedro de los Ríos, ya estaba ascendido al grado de capitán de fragata y al mando de la Volante, participó en toda la campaña, en la que casi no hicieron falta las armas.

Por expresa orden del Intendente don José Patiño se le otorgó por Real orden del 26 de mayo de 1717 el mando del navío Santa Isabel, en el que enarbolaba su insignia el general marqués de Mari zarpando del puerto de Barcelona el 15 de agosto, con rumbo a la isla de Cerdeña, la cual fue conquistada con algunos problemas, al concluir los combates terrestres la escuadra regresó al puerto de la Ciudad Condal, desembarcando del buque el 31 de enero de 1718.

Dejó el mando, porque al día siguiente tomó el de la fragata Perla, siendo incorporada a la expedición al mando del general Gaztañeta, zarpando de Barcelona el 19 de junio de 1718, al llegar tomó parte en las operaciones de la conquista de la isla de Sicilia, siendo destacado sobre todo en las tomas de Palermo y Messina a los austriacos, ya que la mayor parte del pueblo apoyaba a los españoles y esto facilitó su victoria.

La escuadra confiada estaba en protección de las tropas, cuando al amanecer del 11 de agosto hizo acto de presencia una escuadra británica al mando del almirante Byng, pero por las noticias que se tenía venía en acto de intermediación, pero fue un engaño más, ya que el general Gaztañeta viendo las maniobras que hacían los supuestos intermediarios, dio la orden de formar la línea, pero ya fue tarde porque los británicos sin declaración de guerra atacaron a la retaguardia española, convirtiéndose en una caza de buques españoles, pues no hubo uno que no tuviera que enfrentarse al menos a tres enemigos, según nos relata un documento:

«Tocóle el turno á la fragata Perla, mandada por D. Gabriel Peres de Alderte, que la defendia con bizarría contra triplicadas fuerzas enemigas; y más afortunado que otros buques, tuvo la satisfacción de salvarla, porque habiendo aparecido entonces por barlovento el general Guevara con la division que llevó á Malta, los enemigos suspendieron la accion y se retiraron.»

Arribó con su buque á Palermo donde fondeó, el 26 de diciembre de 1718 fue ascendido al grado de capitán de navío, por el Intendente don José Patiño por sus grandes méritos, era un poder otorgado por el Rey, quien ratificó más tarde el ascenso, pero con la fecha que Patiño se lo concedió.

El 16 de septiembre de 1719 se le otorgó el mando del navío Triunfo, zarpando al siguiente día con rumbo a Messina, que se encontraba asediada por los austriacos, a su llegada se le ordenó bombardear las baterías enemigas, pero estas lo echaron a pique, consiguió reunir a toda su gente y todos juntos llegaron a Messina donde pidió se le diera un punto para su bloqueo, lo que le fue autorizado y designado.

En esta plaza, con los restos de las tripulaciones de los buques perdidos en el combate de cabo Passaro, unidos a los suyos se organizaron siete compañías de infantería que quedaron a las órdenes de Alderete, el 9 de octubre de 1719 estas fuerzas se enfrentaron y rechazaron valerosamente el asalto que llevaron a cabo las tropas imperiales, pudiéndose realizar gracias al refuerzo que supuso el contar con gente experimentada.

Las fuerzas de asedio a la plaza estaban al mando del general marqués de la Mina, quien elogió mucho la brillante decisión de los mandos de la Armada, convertidos en Infantes de Marina, al ser rendida la plaza pasaron a Palermo, zarpando con rumbo a Cádiz, donde arribaron terminando el año de 1719.

Se le otorgó por Real orden del 23 de enero de 1720 el mando del navío Nuestra Señora de Guadalupe, no llegando a hacerse a la mar con él, pues recibió otra Real orden del 29 de julio para hacerse cargo del navío San José (a) Tolosa, con el que estuvo realizando comisiones diversas, entre ellas llevar tropas y pertrechos a las islas Canarias, así como de corso contra la piratería de las regencias norteafricanas, al regreso de uno de estos cometidos habiendo fondeado en la bahía de Cádiz, se le dio la orden del 29 de octubre de 1721 de desembarcar.

Por necesidades del servicio, por Real orden del 19 de junio de 1722 se le otorga de nuevo el mando del San José, con el que zarpa de la bahía de Cádiz con rumbo a Ferrol, donde permanece un tiempo realizando cruceros de protección al tráfico mercante, cubriendo las aguas desde la desembocadura del río Miño hasta las de Cantabria, en una ocasión zarpó con tropas y pertrechos de guerra hasta los presidios norteafricanos, al regresar a la bahía de Cádiz, el 21 de abril de 1723 se le ordenó trasbordar y tomar el mando del navío Guadalupe.

Recibe una Real orden fechada el 22 de diciembre de 1723, por la que el Rey le ordena ir a Guarnizo y tomar el mando del nuevo navío San Luis, lo que cumple a satisfacción, haciendo unos cruceros sobre el Cantábrico y regresando a la bahía de Cádiz donde fondea el 29 de marzo de 1725, quedando allí hasta que recibe otra Real orden con fecha del 21 de noviembre siguiente, para desembarcar por pasar el navío a desarme. (No deja de ser curioso, que un navío nuevo solo esté en servicio dos años, antes de pasar a su primer desarme.)

En la primavera de 1726, se le vuelve a otorgar el mando del mismo navío, al que se le añade bajo su mando el San Fernando y de aviso la fragata Nuestra Señora de África, zarpando el 30 de junio siguiente con rumbo a la Guaira, Cartagena de Indias, Veracruz y la Habana, regresando a la bahía de Cádiz donde fondea con su división el 5 de mayo de 1727.

Al arribar le entregaron una Real orden por la que debía de desembarcar del navío y en postas llegar a la Villa y Corte, donde permaneció hasta que de nuevo el Rey le ordena hacerse llegar a Santander, lo que efectúa el 3 de enero de 1728 tomando el mando del navío Santa Ana, con el que zarpó rumbo a Ferrol, allí se le unieron el navío Gallo Indiano y la fragata Concepción, zarpando al estar todo listo con rumbo a la bahía de Cádiz, donde fondeó el 10 de junio de 1729, recibiendo la orden de desembarcar fechada el 1 de julio siguiente por pasar el buque a desarme.

El 1 de marzo de 1730 por Real orden se le otorga el mando del navío Castilla, con el que realizó diversos cruceros contra el corso, en una de sus arribadas a reabastecer el buque, se le entrega la Real orden fechada el 24 de mayo siguiente por la que S. M. le concede el ascenso al grado de jefe de escuadra, pero continúa en su misión con su navío hasta su arribada el 24 de octubre siguiente a la bahía de Cádiz.

Con fecha del 13 de junio de 1731, se le concede el primer mando de escuadra compuesta por cuatro navíos, zarpando con ella el 4 de agosto siguiente con azogues, haciendo la ya acostumbrada navegación de La Guaria, Cartagena de Indias, Veracruz y la Habana, en los que se les fue descargando los azogues y cargando el situado, zarpando de este último puerto con rumbo a la península, lanzando las anclas sin haber tenido problemas en la bahía de Cádiz el 16 de septiembre de 1732. De nuevo el Rey quiso verlo y le volvió a llamar a la Corte, por ello cesó en el mando de la escuadra y paso a Madrid.

Se estaba formando una expedición para atacar a las regencias norteafricanas de Argel, Túnez y Trípoli, con una escuadra al mando del teniente general don Antonio Serrano, como segundo el conde de Clavijo y de tercero don Gabriel Pérez de Alderete, zarpando de la bahía de Cádiz el 10 de agosto de 1733, al arribar a los puntos marcados castigaron al cañón duramente las distintas fortalezas de las regencias, para convencerlas que si seguían con sus depredaciones serían más duramente castigadas, cumplida la misión regresaron al puerto de Alicante.

En el puerto mencionado se estaba preparando una expedición con tropas en apoyo del Rey de Nápoles, tenido lugar el 16 de octubre el fallecimiento del general don Antonio Serrano, pasando a tomar el mando el conde de Clavijo y como segundo Alderete, lograron llegar y desembarcar a las tropas, pasando a apoyar con sus fuegos el avance de estos.

Se quedó cruzando las aguas don Gabriel Pérez de Alderete con los navíos Princesa y Conquistador, en mayo de 1734 avistaron velas a las que les dio caza en el golfo de Otranto, eran tres buques que transportaban tropas de socorro austriacas procedentes de Trieste, y pocos días después a una galera, que valiéndose de su poco calado se acercó tanto a tierra que embarrancó, siendo capturados trescientos soldados y toda la chusma.

Recibió la orden de regresar a la bahía de Cádiz, zarpando a primeros de octubre del puerto de Nápoles, en su viaje de vuelta al ir entrando en el Estrecho el 6 de octubre descubrió tres jabeques de la regencia de Argel, por su mayor porte no era lógico que pudiera darles alcance, pero lo hizo y de resultas del combate dos salieron mal parados y uno del porte de 16 cañones fue apresado, entrando con él en la bahía de Cádiz. A los pocos meses de encontrarse fondeado, se le entregó una Real orden del 6 de noviembre de desembarcar, arriando su insignia de su buque.

Por todos sus méritos el Rey tuvo a bien concederle el título de Marqués de Casinas, por una Real orden del 20 de enero de 1735, fechada en el Palacio del Pardo.

Por baja del propietario, se le ordenó tomar el mando interino el 26 de junio de 1735 del Departamento de Cádiz, permaneciendo algo más de tres años, desarrollando una intensa labor de organización, hasta que el 4 de noviembre de 1738 se lo entregó a su nuevo propietario el teniente general don Manuel López Pintado, marqués de Torre-Blanca.

Poco le duró estar sin destino, pues le sobrevino el óbito el 25 de enero 1739 por causas naturales, en la ciudad de Cádiz, contaba con sesenta y dos años de edad.

Bibliografía:

Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957. Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.

Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana. Espasa-Calpe.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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