Delgado Valderrama y Delgado Valderrama, Francisco Biografia

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Francisco Delgado Valderrama y Delgado Valderrama Biografía

Jefe de escuadra de la Real Armada Española.

Orígenes

Vino al mundo en la población de Utrera en el año 1738, siendo sus padres don Francisco Delgado Valderrama y de Osuna, y (su prima hermana) doña Juana Delgado Valderrama y Franco.

Hoja de Servicios

Sentando plaza de guardiamarina el día 22 de agosto del año 1753, en la Compañía de Guardiamarinas del Departamento de Cádiz. Expediente N.º 690.

Sus primeros destinos fueron en los navíos Castilla, América y Septentrión, en los que por sucesivos trasbordos permaneció cruzando sobre las aguas de las regencias norteafricanas, en comisión de corso para frenar el que ellas ejercían.

Pasando posteriormente al Héctor, con el cual formando división junto al Soberano y Vencedor, estando en la misma comisión de corso, el día 9 de junio del año 1758, divisaron dos velas a las que pusieron rumbo de vueltas encontrada y al llegar a la vista supieron eran el navío Castillo Nuevo, y la fragata Carabela, los dos con bandera de la Regencia de Argel, entablando un duro combate en el que el navío capitana de Argel resultó apresado.

El día 10 de agosto del año 1759 falleció el rey don Fernando VI, la Reina madre Regente del Reino, ordenó que una escuadra fuera a Nápoles para traer al nuevo rey don Carlos III a España, se formó una expedición al mando del general don Juan José Navarro de Viana marqués de la Victoria, con una escuadra de diecisiete navíos, cuatro fragatas, seis jabeques, dos tartanas y ocho barcas.

Recibiendo la orden superior de incorporarse a la escuadra del capitán general don Juan José Navarro quien enarbolaba su insignia en el navío Real Fénix, de 80 cañones, siendo Francisco destinado al Princesa, zarparon de Cádiz el día 29 de agosto navegando con rumbo a Cartagena, donde al llegar se le comunicó al marqués de la Victoria que habían zarpado las unidades de ese Departamento, así como las que se encontraban en el puerto de Barcelona, por lo que viró con rumbo a Nápoles, arribando a este puerto el día 27 de septiembre, pero ya anochecido, esperaron fondeados al siguiente para entrar y volver a fondear, comenzando el trabajo de embarcar en las ocho barcas todos los baúles de la familia Real.

Al regresar se le ordenó desembarcar y pasar el examen práctico, el cual aprobó siéndole entregados los galones de oficial con el grado de alférez de fragata el día 18 de febrero del año 1760.

Un tiempo después en el mismo año se le ordenó embarcar, zarpando con rumbo a la mar del Sur, donde permaneció como oficial subordinado en diferentes comisiones por aquellas aguas, en una de sus arribadas se le entregó la Real orden del día 15 de enero del año 1766, por la que se le ascendía al grado de alférez de navío, al año siguiente participó en la expulsión de los jesuitas de todos los territorios de la corona de España, al terminar regresó a la península aprovechando los mismos buques en que se les deportaba a los P. P. de la Compañía de Jesús.

Permaneció en diferentes destinos en la comprensión del propio Departamento, siéndole entregada la Real orden del día 17 de septiembre del año 1767, por la que se le ascendía al grado de teniente de fragata, continuando en los diferentes servicios hasta que en el año 1770 de nuevo se le ordenó embarcar, siendo destinado su buque a las aguas del mar del Sur con base en el Callao, encontrándose allí le llego la Real orden del día 21 de diciembre del año 1772, por la que era ascendido al grado de teniente de navío, permaneciendo en aquellas aguas, hasta que cargado con caudales regresó su buque a la bahía de Cádiz en el año 1776.

Al año siguiente de 1777, fue nombrado segundo de la fragata Catalina, con la que navegó hasta el Mar del Plata, encontrándose allí se firmó en San Ildefonso, el tratado preliminar de límites en la América meridional ajustado entre las coronas de España y Portugal, firmado el día 1º de octubre de 1777, siguiéndole el Tratado de amistad, garantía y comercio ajustado entre las coronas de España y de Portugal; y firmado en el Pardo el 24 de marzo de 1778, destacando en este segundo, el artículo n.º 13 por el que Portugal cede a España «…la isla de Annobon, en la costa de África… y la isla de Fernando Poo en el golfo de Guinea.»

Por dar la casualidad que el comandante de la Catalina don José Varela y Ulloa era un buen hidrógrafo, se le comunicó zarpara con rumbo a Fernando Poo, para tomar posesión de las islas, las reconociera y elevara un informe a S. M., por ello se le unieron dos buques más pequeños transportando a ciento cincuenta hombres, al mando del brigadier conde de Argelejos, zarpando del Mar del Plata el día 7 de abril del año 1778, con la intención de cruzar el océano, los vientos fueron contrarios y les costó solo seis meses arribar, siendo el día 21 de octubre cuando pudieron desembarcar algunos hombres en la isla, pero los naturales no quisieron cambiar de Rey ni de país, por ello presentaron combate, como el conde había fallecido en el viaje de ida, estaba la fuerza al mando del coronel don Joaquín Primo de Rivera, quien con buen criterio no quiso enfrentarse a los naturales, dando la orden de retirarse a la isla de Santo Tomé a esperar instrucciones.

La expedición no fue un total fracaso, pues durante el tiempo que permanecieron, con la fragata Catalina, don José de Varela y don Francisco Delgado, con sus observaciones y el bojeo de las costas, elevaron una «Memoria» fijando la posición de las dos islas y las de El Príncipe y Santo Tomé, así como la del cabo López y el resto de ellos, para que los navegantes supieran en todo momento donde se encontraban, añadiendo una ligera idea de los vientos y corrientes, terminando por ser de gran utilidad para la navegación, añadiendo un cálculo aproximado de la población negra de las islas.

Regresando Delgado a la península, donde al arribar se le entregó la Real orden del día 13 de mayo del año 1778, con su ascenso al grado de capitán de fragata, pasando a la corte a entregar la Memoria sobre los territorios entregados por Portugal.

Poco después por orden superior del año 1779 fue destinado como segundo del navío Princesa, incorporado a la escuadra de general don Luis de Córdova, zarpando con la escuadra compuesta por treinta y un navíos, siete fragatas, dos urcas, dos brulotes, una saetía y una tartana, siendo el buque insignia de ella el Santísima Trinidad único tres baterías existente en la Armada, al encontrarse a la altura del cabo de Finisterre, se le unió la escuadra del Ferrol compuesta por ocho navíos y dos fragatas, al mando del teniente general don Antonio de Arce prosiguieron rumbo al N., encontrándose con la escuadra francesa al mando del conde D’Orvillers compuesta por treinta navíos, dos fragatas, siete buques menores y tres brulotes, quedando como jefe de la combinada don Luis de Córdova, continuando rumbo al Canal realizando la primera campaña.

Al arribar el día 31 de agosto avistaron a la escuadra británica, compuesta por treinta y seis navío, ocho fragatas y otros buques menores, el almirante británico Hardy al ver las velas puso inmediatamente rumbo al Canal, no guardando ninguna formación por ello la escuadra combinada hizo lo mismo dándose la orden de caza general, permanecieron veinticuatro horas tras ella y cuando ya estaban llegando los primeros a los últimos seles disparó, pero sin mucho efecto, logrando refugiarse en sus puertos y arsenales.

Separado su navío en descubierta fue el que dió el único triunfo pues por la orden del almirante británico Hardy, se quedó rezagado el navío Ardent, de 74 cañones siendo cazado por dos fragatas francesas, la Junon y Gentille apoyadas por el navío español Princesa, teniendo lugar el combate el día 9 de noviembre, en el que las fragatas se posicionaron de enfilada por las amuras, ambas maniobrando y destrozando al navío, al que en ningún momento le permitieron poder hacer fuego por sus bandas, para ello no pararon de virar, en los momentos que quedaba libre alguna banda era batido por el navío español de ahí que pudiera ser rendido.

El día 16 de enero del año 1780, participó con la escuadra del Jefe don Juan de Lángara, compuesta por los navíos Fénix, insignia, Princesa, San Agustín, San Genaro, San Lorenzo, San Julián, San Eugenio, Diligente, Monarca, San Justo y Santo Domingo, con cinco fragatas, en el combate de cabo Santa María, contra la británica del almirante Rodney, compuesta por veintidós navíos de ellos tres de tres baterías, diez fragatas y doscientos buques de transporte; en éste combate resulto herido en dos ocasiones, en una de ellas la bala le dejó manco de la mano izquierda.

Como reconocimiento por su valor, por Real orden del día 3 de febrero del año 1780, se le ascendió al grado de capitán de navío, pasando destinado a servicios en el propio Departamento de Cádiz, de donde por Real orden del día 28 de enero del año 1783, se le otorgó la comandancia interinamente de los Batallones del Departamento de Cartagena, quedando en ellos hasta el día 16 de septiembre siguiente, por haberse presentado su propietario don Antonio Chacón.

Por Real orden del día 9 de octubre del año 1787, se le otorgó el mando del navío San Francisco de Asís, zarpando con rumbo a Cádiz cargado de pertrechos de guerra, al regresar de esta comisión por orden superior quedó asignado a la escuadra de don José de Córdova, zarpando con ella en misión de corso por el Mediterráneo ante las regencias norteafricanas, al regresar se abastecieron los buques, volviendo a la mar para realizar una campaña por el Océano, a su regreso quedó desembarcado el día 14 de octubre del año 1788 por pasar el navío a desarme.

Encontrándose en su destino en el Arsenal de Cartagena se le entregó la Real orden del día 21 de septiembre del año 1789, siéndole notificado su ascenso al grado de brigadier.

Por Real orden del día 18 de junio del año 1790, se le otorgó el mando del navío San Genaro, donde embarcó el regimiento de Aragón zarpando con rumbo a la bahía de Cádiz, al quedar todos desembarcados, por orden superior quedó incorporado su buque a la escuadra del marqués del Socorro, zarpando con ella con rumbo al cabo de Finisterre, para proteger las costas del Cantábrico, por la posible iniciación de conflicto contra el Reino Unido por la posesión de Nootka, al no declararse la guerra, regresó a la bahía de Cádiz el día 8 de septiembre, quedando de nuevo desembarcado el día 14 de diciembre siguiente por pasar a desarme su navío en el Arsenal de la Carraca.

Por Real orden del día 19 de enero del año 1793, se le entregó el mando del navío Glorioso, perteneciente a la escuadra del general don Francisco de Borja y al estar declarada la guerra a la república francesa, realizó la campaña de Cerdeña, contribuyendo al apresamiento de la fragata Elena y a la destrucción por el fuego de la Richmond por orden de su capitán.

Tomando parte activa en la tomas de las islas de San Pedro y San Antíoco, donde se consiguió un gran botín de guerra, el cual por orden del general, se mantuvo en posesión de España hasta su entrega a S. M. el Rey Víctor Amadeo de Cerdeña, a quien en realidad correspondía por serlo de las islas tomadas, al terminar pasó la escuadra a Barcelona donde se desembarcaron los prisioneros franceses, haciéndose de nuevo a la vela para proteger con los fuegos de la escuadra el avance por tierra de los ejércitos piamontés y napolitano por las orillas del Var, pero estando en esta importante comisión, por el mal estado de los alimentos se declaró una epidemia a bordo, mermando de hombres activos en muy poco tiempo toda la escuadra, dando la orden el general Borja de arribar lo antes posible a Cartagena, a donde se viró poniendo rumbo desembarcando a los enfermos entre los días 8 y 9 de agosto.

Su navío fue de los pocos que no afectó mucho la epidemia, por ello se le ordenó arribar a la bahía de Cádiz, donde al fondear embarcó al segundo batallón del regimiento Córdoba, con ochenta artilleros, saliendo a la mar con rumbo a Tolón, desembarcando a los hombres del ejército el día 28 de octubre siguiente, zarpando de nuevo el 27 de noviembre seguido, para dar escolta a una fragata y dos urcas mercantes a las que dejó a salvo en Cartagena, continuando a la bahía de Cádiz, donde fondeó el día 21 de diciembre del mismo año 1793.

Reforzada la escuadra con más hombres y muchos de ellos recuperados, el día 5 de mayo del año 1794 al mando del general Borja, se hizo a la mar dando escolta a un convoy con destino a las costas Cantábricas, al ir desembarcando las fuerzas en cada puerto de destino y ya libres pusieron rumbo a Ferrol, de donde a los pocos días zarparon con destino a la bahía de Cádiz, fondeando el día 15 de agosto.

Recibió la orden superior de quedar su navío incorporado a la escuadra del general don Juan de Lángara, zarpando de la bahía de Cádiz el día 15 de diciembre con rumbo al Mediterráneo, al arribar a la plaza de Rozas, desembarcaron las tropas y todos los pertrechos que se transportaban para reforzar su defensa, pero uno de los días su buque comenzó a hacer agua, tanta que no se podía dejar de dar a las bombas, avisado su general le dio la orden de regresar a Cartagena, a donde fondeo el día 22 de febrero 1795, desembarcando don Francisco el mismo día por estar enfermo.

Se encontraba en recuperación cuando le fue entregada la Real orden fechada el día 5 de septiembre del año 1795, con su ascenso al grado de jefe de escuadra.

Continuó en el Departamento en destinos de su alto mando, hasta el día 8 de julio del año 1799 por tener que tomar el mando interinamente, permaneciendo hasta el día 2 de agosto siguiente por llegar su propietario.

Por una Real orden del día 25 de septiembre, S. M. le envía la comunicación de su Orden a sus superiores, para que sea destinado a cargos de su grado, pero no se olvida el Rey de su persona, pues por orden del día 6 de octubre continuo, le nombra Presidente del Consejo de Guerra de Generales, instruido al capitán de navío don Félix O'Neylle y su segundo, el capitán de fragata don Ramón Herrera, saliendo ambos sin tacha del juicio.

Continuó en el mismo Departamento desempeñando diferentes destinos, hasta sobrevenirle el falleció por causas naturales en Cartagena en el año 1802, contaba con sesenta y cuatro años de edad, de ellos cuarenta y nueve de servicios a España

Bibliografía:

Cantillo, Alejandro del.: Tratados, Convenios y Declaraciones de Paz y de Comercio desde el año de 1700 hasta el día. Imprenta Alegría y Chalain. Madrid, 1843.

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Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

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