Reina Mercedes (1892)

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Construcción:

 Fotografía en blanco y negro del crucero Reina Mercedes.
Reina Mercedes. Colección D. José Lledó Calabuig.

Crucero de 1ª clase, con casco de hierro y aparejo de fragata. Pertenecía a la clase Reina Cristina. Se ordenó su construcción el 14 de octubre de 1880. Se le puso ese nombre en memoria de la primera esposa del rey Alfonso XII. Se colocó su quilla en el arsenal de Cartagena el 2 de julio de 1881. Botado el 12 de septiembre de 1887. En octubre de 1892 realizó sus pruebas de mar.

Desplazaba 3.090 toneladas. Medía 85 metros de eslora, 13,2 de manga, 7,9 de puntal, 6,3 de calado. Tripulado por 380 hombres.

Disponía de una máquina de 4.100 caballos de vapor y una velocidad de 12 a 15 nudos. Con una capacidad carbonera de 670 toneladas, tenía una autonomía de 9.600 millas.

Armado con 6 cañones Hontoria de 160 mm, 3 de 57 mm y 2 de 42 mm Nordenfelt, 6 cañones revolver Hotchkins de 37 mm, 3 ametralladoras y 5 tubos lanzatorpedos.

Historial:

En el mes de octubre de 1893 realizó maniobras con la Escuadra de Instrucción, mandada por el contraalmirante don Zoilo Sánchez Ocaña. Zarpó de Cartagena el 15 de octubre y fondeó al día siguiente en Santa Pola. Las maniobras simularon un combate frente a Alicante entre dos formaciones. Una de las divisiones estaba compuesta por el acorazado Pelayo, los cruceros Reina Mercedes e Isla de Cuba y los torpederos Barceló, Rayo y Rigel. La segunda división estaba formada por los cruceros Alfonso XII y Reina Regente, el cazatorpedero Destructor y los torpederos Ariete y Habana, a los que se unió posteriormente el crucero Conde de Venadito. Estaba previsto que las maniobras finalizaran el 22 de octubre.

En septiembre de 1893 comenzaron a producirse ataques de los rifeños a posiciones españolas cercanas a Melilla. La Escuadra de Instrucción interrumpió sus maniobras para llegar a la costa norteafricana. El contraalmirante Sánchez Ocaña fue sustituido a finales de noviembre de 1893 por el contraalmirante Emilio Díaz Moreu y se incorporaron varios buques de guerra a su escuadra, finalizando las operaciones con la llegada a Melilla, a finales de noviembre, de las tropas al mando del general Martínez Campos. El crucero Reina Mercedes bombardeó la costa marroquí cercana a las Chafarinas, partiendo después rumbo al puerto de Bremen para recoger 10.000 fusiles Mauser y un millón de cartuchos.

Crucero Reina Mercedes, hundido en Santiago de Cuba.
Reina Mercedes, hundido en Santiago de Cuba. Colección D. José Lledó Calabuig.

Al año siguiente, 1894, seguía prestando servicios en la Escuadra de Instrucción. Esta escuadra recibe la orden de dirigirse a Tánger, fondeando en el mes de agosto de 1895, donde se encontraron con tres buques de guerra alemanes y seis británicos, quedando allí fondeados hasta que regresaron a Algeciras el 17 de agosto.

En 1895 es destinado a la isla de Cuba, prestando sus servicios desde el apostadero de la Habana. El 12 de febrero de 1896 entró en Fort de France, isla de Martinica, procedente de la Habana. El día 26 entró en el dique para carenar sus fondos, saliendo el 5 de marzo.

En mayo de 1897 participó en el desembarco de tropas de Infantería de Marina en Bañes, que combatieron a las fuerzas insurgentes cubanas. Realizó otras operaciones de vigilancia de costas para intervenir el envío de armas a los insurgentes.

Cuando comenzó la guerra con Estado Unidos, se encontraba en Santiago de Cuba, al mando del capitán de navío Micón. Estaba armado con 6 cañones Hontoria de 160 mm, 4 de 57 mm, 4 de 42 mm y 5 tubos lanzatorpedos. Tenía averiadas siete de sus calderas, limitando sus servicios a tareas de vigilancia. Fue fondeado frente a Cabañitas, por Cayo Smith, a la entrada del canal de acceso a la bahía de Santiago de Cuba, armado con sólo dos cañones de 16 cm a proa y buena parte de su tripulación en tierra. El resto de la artillería sería desembarcada e instalaba en varias baterías terrestres.

Los norteamericanos atacaron el 31 de mayo, bombardeando las defensas artilleras de El Morro y la Socapa. Los buques españoles fondeados a la entrada del puerto, el crucero Reina Mercedes y el crucero acorazado Cristóbal Colón, respondieron al bombardeo enemigo, que tuvo que retirarse con averías en un crucero auxiliar y dos impactos en el acorazado Iowa.

Crucero Reina Mercedes, sin armar como cuartel a flote en Annapolis.
Reina Mercedes, sin armar como cuartel a flote en Annapolis. Colección D. José Lledó Calabuig.

Los norteamericanos trataron de encerrar en Santiago de Cuba a la escuadra española al mando de Pascual Cervera, hundiendo en el canal de acceso al viejo mercante carbonero Merrimack. El 3 de junio de 1898 colaboró, junto a las baterías costeras y el destructor Plutón, en el hundimiento prematuro del mercante norteamericano, frustrando sus planes. Quedaron prisionero su comandante, el teniente Hobson y siete tripulantes.

El 7 de junio, durante un bombardeo de la escuadra norteamericana, fue alcanzado en varias ocasiones, causando algunas bajas en la dotación. Murieron el segundo comandante, don Emilio Acosta, y cinco marineros, y heridos un teniente y diez marineros.

El 4 de julio, al día siguiente de la salida de la escuadra española, maniobró para ser hundido por su propia tripulación a la entrada del canal, para evitar el acceso de la escuadra enemiga a la bahía. Inició la maniobra a las ocho de esa misma noche, con el capitán de navío don Rafael Micón, el alférez de navío Nardiz, dos prácticos y una escasa tripulación voluntaria a bordo. Fue alcanzado por los acorazados Texas y Massachusetts, siendo hundido en aguas poco profundas antes de poder alcanzar su objetivo.

Finalizada la guerra, en marzo de 1899 fue reflotado, reparado en lo que se pudo y remolcado hasta el puerto de Norfolk. Pintado de blanco, sirvió de vivienda. A partir de 1904 es estacionado en Newport (Rhode Island) para servir de alojamiento para el personal de Marina sin destino. El 30 de septiembre de 1912 llegó remolcado a Annapolis, donde sirvió en la Academia Naval como buque almacén, residencia del profesorado y otros servicios.

En 1957 decidieron devolverlo a España, pero era imposible que soportara el cruce del Atlántico, decidiéndose una entrega simbólica. Fue dado de baja en la US Navy el 6 de noviembre de 1857 en presencia de don José María de Areilza, embajador español, y se remolcó a Baltimore, lugar elegido para su desguace. Su campana de bronce fue entregada al Museo Naval y se encuentra expuesta en el Palacio del Marqués de Santa Cruz, sede del Archivo General de la Marina “Álvaro de Bazán”.

Bibliografía:

Aguilera, Alfredo y Elías, Vicente.: Buques de guerra españoles, 1885-1971. Editorial San Martín. Madrid, 1980.

Blanco Núñez, José María.: La construcción naval en Ferrol, 1726-2011. Navantia S.A., 2011.

Bordejé y Morencos, Fernando de.: Crónica de la Marina española en el siglo XIX, 1868-1898. Tomo II. Ministerio de Defensa. Madrid, 1995.

Guardia Salvetti, Fernando de la.: “El heroico comportamiento del crucero español Reina Mercedes en la defensa de Cuba”. Revista General de Marina. Abril 2012.

Lledó Calabuig, José.: Buques de vapor de la Armada española. Del vapor de ruedas a la fragata acorazada, 1834-1885. Aqualarga Editores. Madrid, 1997.

Rey Vicente, Miguel del, y Canales Torres, Carlos.: Breve Historia de la guerra del 98. España contra Estados Unidos. Ediciones Nowtilus. Madrid, 2010.

VV.AA.: El Buque en la Armada española. Editorial Sílex. Madrid, 1999.

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