Malaspina, Alejandro de Biografia

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Alejandro de Malaspina Meli-lupi Biografía



Óleo de don Alejandro de Malaspina. Brigadier de la Real Armada Española.
Alejandro de Malaspina Meli-lupi.
Cortesía del Museo Naval. Madrid.


Brigadier de la Real Armada Española.

Orígenes

Nacido en Mulazzo, en la Lunigiana al Norte de la Toscana actual en su castillo el 5 de noviembre de 1754, siendo sus padres don Carlo Morello y doña Caterina di Giambattista Meli-lupi, princesa de Soragna era el tercero de los trece hijos que tuvo el matrimonio.

En 1762 se trasladaron a Palermo donde vivieron en la Corte, siendo enviado Alejandro a Roma al Colegio Clementino de la ciudad, donde prosiguió sus estudios desde 1765, recibiendo una esmerada educación humanística e ilustrada, al concluirlos en la primavera de 1773 se le envío como era costumbre en las familias de la aristocracia en junio siguiente a la isla de Malta, para empezar su formación de marino corriendo caravanas en los buques de la Orden de San Juan, se le ordenó embarcar en el San Zacarías con el que pasó su bautismo de mar, visitando durante dos meses Sicilia, Egadi, Cerdeña, Liguria, San Remo, y las costas de Cataluña y Baleares.

Hoja de Servicios

A petición de su padre pasó de transporte desde La Valetta a la bahía de Cádiz, donde sentó plaza de guardiamarina en la Compañía del mismo Departamento el 7 de noviembre de 1774. Expediente. s/n. Por esta razón, al no permanecer el año de claustro de obligado cumplimiento en la Orden de Malta, nunca llegó a ser cruzado caballero en ella.

Esta misma preparación le facilitó ser ascendido al grado de alférez de fragata el 20 de enero de 1775, por ello en tan solo dos meses pasó de guardiamarina al primer grado de oficial, alférez de fragata.

Se le ordenó embarcar en la fragata Santa Teresa, formando parte de la escuadra que llevaba el socorro a la ciudad de Melilla, por estar sitiada por el Sultán de Marruecos, donde resultó herido, recibiendo así su bautismo de fuego; por su valor demostrado se le ascendió al grado de alférez de navío en mayo de 1776.

En 1777 se le ordenó embarcar en la fragata Astrea, zarpando el 17 de diciembre con rumbo a las islas Filipinas, viéndose obligado su comandante a realizar una escala en las islas Canarias, por llevar enfermos de escorbuto, al recuperarse la dotación se hizo de nuevo a la mar, arribando a Manila el 27 de julio de 1778, era casi un tornaviaje pero aún tuvo tiempo de verificar algunas sondas y tomar notas geográficas de algunas islas, sobre todo de Palau, por estos trabajos de mucho mérito y buen comportamiento, se le volvió a ascender por Real orden del 3 de noviembre siguiente al grado de teniente de fragata.

Se le ordenó embarcar en el navío San Julián, incorporado a la escuadra del general don Juan de Lángara, sostuvo el combate del 16 de enero de 1780 sobre el cabo de Santa María, contra la escuadra del almirante Rodney, quien por su manifiesta superioridad numérica, pudo prestar el socorro al Peñón y cruzar el Atlántico con destino a las Antillas.

Su buque estaba al mando del marqués de Medina, por la abrumadora superioridad numérica británica fue apresado, por ello fue abordado por una dotación de presa, pero al sobrevenir un temporal, el navío desarbolado fue arrojado contra la costa de poniente, momento aprovechado por los españoles cautivos para hacerse con el mando del buque, resultando que los prisioneros pasaron a ser captores.

No se sabe porque, Malaspina, fue trasbordado a un navío británico que lo desembarcó en el Peñón, donde al saberse la noticia se establecieron conversaciones para pagar su rescate, llegándose a un acuerdo y así regresó a Cádiz, a su llegada se le entregó la Real orden del 3 de febrero siguiente, comunicándole su ascenso al grado de teniente de navío. Su carrera era meteórica, pues en tan solo en poco más de cinco años había ascendido cuatro grados.

Fue destinado al apostadero de Algeciras, donde tomo el mando de una de sus lanchas cañoneras, permaneciendo hasta el 26 de febrero de 1782 por serle ordenado embarcar en el navío Firme, perteneciente a la escuadra del general don Luis de Córdoba, recibiendo la orden del 20 de mayo de trasbordar a la fragata Santa Clara, participando en el desafortunado bombardeo del Peñón por las baterías flotantes invento del ingeniero francés D’Arçon, llevado a cabo el 13 de septiembre seguido, las cuales ardieron por efecto de las ‹balas rojas› de los defensores, pasando con la lancha de su buque a recuperar las dotaciones que se vieron obligadas a saltar al mar, para no morir abrasados en aquellas inmensas hogueras, el 23 de septiembre siguiente le fue ordenado trasbordar al navío San Justo, tomando parte en el combate naval del cabo Espartel el 20 de octubre continuo, contra la británica del almirante Howe, quien aprovechando un temporal a su favor volvió a romper el bloqueo, consiguiendo entrar en Gibraltar desembarcando municiones, víveres y bastimentos de refuerzo al Peñón.

Por estas acciones se le entregó la Real orden del 29 de diciembre continuo con su ascenso al grado de capitán de fragata.

Por otra Real orden del 18 de febrero de 1783, se le otorga el mando de la fragata Asunción, zarpando rumbo a Filipinas el 14 de marzo, con el propósito de hacer llegar la noticia de la paz de Versalles tal y como establecían los pactos estipulados. Arribó a Cavite el 10 de agosto, quedándose allí hasta el 20 de enero de 1784, zarpando éste día de Manila con rumbo a la bahía de Cádiz, donde arribó el 5 de julio siguiente. Traía consigo el primer registro de plata de Filipinas a la península, así como los frutos de los primeros ensayos en la isla de Luzón con la canela y la pimienta.

A su llegada se le dio el mando como segundo de la compañía de guardiamarinas de éste Departamento, pero estuvo muy poco tiempo.

En 1786 se le ordenó embarcar en la fragata Astrea alquilada a la Compañía Filipina, zarpó de la bahía de Cádiz cruzando el océano Atlántico visitando varios puertos del continente americano, para pasar al océano Pacífico doblando el cabo de Hornos, arribar y hacer escala en el puerto del Callao, zarpando con derrota a las islas Filipinas y desde aquí por la ruta portuguesa, doblando el cabo de Buena Esperanza arribar a la bahía de Cádiz, dando así la vuelta al mundo y casi por el mismo itinerario que lo hiciera en su día Juan Sebastián de Elcano, fondeando en 1788.

Al llegar de esta vuelta al mundo, la cual pasó desapercibida para casi todo el mundo, no lo fue para sus mandos, quienes propusieron a S. M., don Carlos III sería de gran provecho realizar un viaje de exploración prácticamente de todas las tierras de la corona, convencido fue llamado por el Rey, quien se quedó muy contento de ver el valor y ganas de este marino, por ello ordenó al secretario de Marina Baylío Frey Antonio Valdés y Fernández Bazán fuera atendido Malaspina en todo cuanto demandara para el buen fin de la expedición, diciendo al final del documento: «No se regateará ninguno de los medio que puedan conducir al completo logro de los fines a que ha de dirigirse el viaje.»

Por ello lo primero planteado fue el tipo y forma de los buques para hacerla llegar a buen fin. Así nacieron las dos corbetas bautizadas con nombres tan apropiados como Descubierta y Atrevida, siendo a su vez quizás los primeros buques construidos con doble casco, entre otras mejoras que demostraron ser muy apropiadas para cumplir los requerimientos de tan largo viaje.

Malaspina pidió al Secretario poder escoger a su Segundo don José Joaquín de Bustamante y Guerra, y entre ellos a los demás oficiales, a su vez estos harían lo mismo con el resto de personas hasta completar las dotaciones, pues no era un viaje más si no algo muy especial, por ser su misión principal los levantamientos hidrográficos, así como el reconocimiento de todas las costas de los virreinatos, las observaciones astronómicas y los estudios sobre la historia natural de ellos, siendo una parte importante de ella y por mandato Real saber e informar de primera mano el estado político y militar de todos los territorios, para ponerlos en conocimiento de S. M., quien así podría con mejor juicio adoptar las medidas oportunas, para rectificar lo que no estuviera en el buen servicio del Reino.

Una vez alistadas al completo se dio orden de zarpar el 30 de julio de 1789, pusieron rumbo al Atlántico pasando por las islas Canarias, variando rumbo hasta divisar la isla de Trinidad de Barlovento que fue inspeccionada, prosiguieron viaje y al alcanzar la desembocadura del Plata arribaron a Montevideo, donde lanzaron las anclas quedando fondeados, pero con los botes realizaron las sondas para levantar las cartas náuticas completas del Mar del Plata.

Prosiguieron su viaje con rumbo Sur el 18 de noviembre, costeando reconocieron todas sus costas, levantando perfiles de ella dando así pistas fáciles para situarse a los navegantes, arribando al Río Negro, después a Puerto San José, la isla Nueva, Cabo Blanco y Puerto Deseado en las islas Malvinas, quedando todos ellos fijadas su situaciones en los mapas, zarpando el 25 de diciembre rumbo al cabo de Hornos, marcando a su paso el cabo del Espíritu Santo, Santa Inés, las Peñas y San Juan bojeándolo el 1 de enero de 1790, divisándose Tierra del Fuego, doblando el cabo de Hornos en doce días, siendo el 13 cuando viraron a N., el 16 divisaron el cabo Victoria, pero no pudieron fijarlo por impedírselo los vientos contrarios a sus deseos.

Ascendiendo por el Pacífico el 22 situaron las altas montañas de los Andes, prosiguiendo con la isla de Madre de Dios, el cabo Couso, al Norte del cabo de la Trinidad y por último el cabo de los Tres Morros, el 29 reconocieron el Archipiélago de los Chonos, en la noche del 31 la Isla de Guajos, el 5 de febrero avistaron el Puerto Inglés, el 21 sobre Puerto Valdivia, al siguiente la isla de Mocha, el 23 la isla Quiriquina fondeando el mismo día en Talcahuano, el 2 de marzo zarparon con rumbo a Valparaíso, el 10 sobre Corumilla lanzando las anclas al siguiente en el puerto de destino, el 15 de abril salieron con rumbo a Coquimbo, pasando el medio día del 19 los islotes de los Pájaros Niños y poco después el puerto de la Herradura, fondeando en el puerto pocas horas después, salieron con rumbo a Arica el 4 de mayo, el 8 la bahía de Mejillones, el 27 la isla de San Lorenzo, Morro Solar y Palomino arribando al Callao.

El 20 salieron rumbo a Guayaquil, el 29 de septiembre la isla de Puna, el 5 de noviembre tomaron la Punta de Santa Elena, isla de Chanduy, puerto de Santa Elena e isla Solango, el 6 bahía de Caracas y pueblo de Monte Cristo, a las ocho y media de la noche cortaron la equinoccial pasando al hemisferio N., quedando al pairo a las nueve y media, estando a la vista del Cabo San Francisco, verificaron todas las situaciones fondeando en Panamá el 15 siguiente, el 11 de diciembre salieron con rumbo a Acapulco, el mismo día divisaron la isla de los Cocos, el 24 entraron en el puerto, del que zarparon el 26 de febrero de 1791 con rumbo a San Blas, el 29 de marzo se avistó Jalisco, entrando en el apostadero al día siguiente, de donde zarpó la Atrevida el 11 de abril con rumbo a Acapulco donde había quedado la Descubierta, fondeando el 19 siguiente.

De nuevo se hicieron a la vela el 1 de mayo con rumbo a Mulgrave, donde fondearon el 26 de junio, el 6 de julio zarparon con rumbo a Nootka, en su derrota fueron posicionando la isla de Kayes, bahía Contralor, bahía del Desengaño, Almirantazgo y Príncipe Guillermo, ensenada de Menéndez, islas de la Magdalena, Montagu y Triste más el cabo Hinchingbrok, al pasar por éste se puso rumbo para fondear en Puerto Santiago, dieron la vela descubriendo otras islas, ensenadas, cabos, abras e islotes siendo bautizados con nombres entre otros; Cabo Chupador, Las Dos Hermanas, isla Dudosa, conociendo que en la península se mantuvo el de Kayes, en la bahía de Contralor (nombre puesto por Cook) pero al cabo que la forma se le bautizó como Español, éste a su vez forma otra bahía al E., siendo bautizada como Burgos, divisaron cabo Woody, fondeando en el puerto de la Esperanza en Nootka el 13 de agosto.

El 29 siguiente dieron la vela con rumbo a Monterrey, situando los cabos de Perpetua, Flatery, Diligencia y Punta del Año Nuevo arribando a su destino el 6 de septiembre, el 25 se dieron a la vela rumbo a Acapulco, barajaron la costa por separado, regresando al mismo puerto el 16 de octubre, desde este día hasta el 20 de diciembre, se realizó por Real orden el viaje de las goletas Mejicana y Sutil a los mandos de don Dionisio Alcalá Galiano y don Cayetano Valdés para explorar el Paso del Norte, confirmando a su regreso su inexistencia; zarpando éste último día con rumbo a Humatac en las islas Marianas, en su rumbo situaron las islas de Seypan y Tinian, arribando al puerto de destino el 13 de febrero de 1792.

El 23 siguiente levaron anclas con rumbo a Samar, el 4 de marzo situaron el cabo de Espíritu Santo, isla de Batas y Casahiaga fondeando en el puerto de Palapag en la costa de Batag, dando la vela el 10 siguiente con rumbo al estrecho de San Bernardino, fondeando el mismo día en el puerto de Sorsogon, saliendo el 22, situaron el puerto de San Jacinto en la isla de Ticao, bojeando la isla de Luzón con derrota a la de Mindoro, trazando así la derrota adecuada, en su rumbo situaron la isla Verde, punta de Santiago en Luzón, islote de Fortum, isla de Corregidor y dando bordadas arribaron, y fondeando en Manila, de donde zarparon para situar toda la costa hasta el cabo Bojador, quedando situados el archipiélago don Tadeo Henke, las islas de Cabrá, Luban, Amil y Mindoro, continuando con Santa, Salomaque, Bigan y cabo Bojador, conocedores del bajo de la Plata lo sortearon y situaron, Piedra Blanca sobre el que estuvieron todo un día para no errar en nada, por ser su forma como una embarcación a la vela era el punto de fijo para la navegación entre Cantón y las Filipinas, isla Lougsitow y en ella el puerto de Taipa, el 13 de abril estaban en Macao, regresando a las islas de Corregidor y Mariveles, donde a pesar de haber oscurecido entraron fondeando a la media noche.

Salieron prosiguiendo a rumbo situando el farallón de la Monja, la isla de Cabra, Luban y Abril, bojearon Mindoro marcando todos sus arrecifes e islotes importantes, y muy especialmente el fondeadero de Antique, la isla de Negros, arribando el 22 a la isla de Mindanao, donde fondearon en el puerto de Caldera el 22, para salir al siguiente y posicionar la fortaleza de Zamboanga, el 10 de diciembre costeando Mindanao se iba levantando su plano, pasaron por Sirangan, Nueva Bretaña e Irlanda, se avistó Haicop, arribando a puerto Jackson (Sidney-Australia) el 13 de marzo de 1793, tras una dura lucha contra los elementos, donde permanecieron hasta el 11 de abril, fijando la isla de Lord Howe y las pirámides de Ball, de nuevo los vientos duros los retrasaron arribando el 14 de mayo al puerto del Refugio en la isla de Mayorga, el 1 de junio dieron la vela con rumbo al Callao, donde arribaron después de treinta y seis días de mar.

Al fondear se les comunicó el estado de guerra con Francia, esto decidió a Malaspina poner fin a la expedición, pero no quiso desaprovechar la ocasión, dando la orden de navegar por separado las corbetas con rumbo a Montevideo, en el rumbo fue situada la isla de Diego Ramírez al S., del cabo de Hornos, isla descubierta en 1619 por los hermanos Nodales y bautizada con el nombre del piloto de la expedición, la cual avistaron y pudieron fijar su posición en los mapas, cruzaron por el estrecho de La Maire y con rumbo al puerto Soledad en las islas Malvinas donde arribaron el 25 de diciembre de 1793, zarparon el 11 de enero de 1794 con demora al puerto fijado de reunión, el 22 avistaron la isla de Aurora, el 27 un vigía de la Atrevida aviso de peligro por la proa, presentándose en el lugar un piloto quien se quedó mal parado, ante ellos se les venían cientos de bancas de hielo, no se amilanaron, comenzaron a dar bordadas para sortear los hielos, así durante cuatro días y sus noches (en esto también cuentan y no poco) consiguiendo salir de tan incómoda situación el 31 sin haber sido rozados por ninguno de ellos, entrando en el Mar del Plata y fondeando en Montevideo el 16 de febrero.

Por estar en guerra se formó un convoy dando la vela el 21 de junio, estando a la vista de las Terceras el 11 de septiembre siguiente, se separo la formación, varios mercantes continuaron al Cantábrico y las corbetas con parte del convoy viraron al cabo de San Vicente; a las cinco de la mañana del 21 siguiente se avistó Cádiz, sobre las nueve reunido todos se despidieron los tripulantes, dando la vela para embocar el canal, siendo recibidos después de cinco años y dos meses por una multitud de botes y lanchas quienes rodeaban a ambas corbetas las cuales navegaban con todo el trapo largo, la Descubierta por delante, la Atrevida siguiendo sus aguas, al pasar por donde se encontraba el navío Reina Luisa insignia del general don Juan de Lángara a la sazón Jefe de la escuadra del océano, cubiertas sus vergas y jarcia por una entusiasta marinería sonaron las primeras salvas en honor a las recién llegadas, dándose desde las expedicionarias el saludo a la voz al general, para unos minutos más tarde fondear no muy lejos, el viaje de exploración había terminado.

Como regalo de S. M. firmó la siguiente Real orden: «El Sr. Bo. Fr. Dn. Antonio Valdés en rl. om de 30 del antecte, me dice los siguiente. — Exmo. Señor. — El Rey ha resuelto que la fragata Sta. Gertrudis y Corvetas Descubierta y Atrevida se desarmen desde luego, pa. q. se les hagan las obras que necesiten; y que los Comandantes y oficialidad de dichos buques, queden desembarcados por aora, y usen de licencia temporal pa. donde les convenga, si asi acomodase, a fin de descansar de sus fatigas; quiere a simismo S. M. que se les de licencia absoluta pa. un año no venir a campaña a todos los Individuos de las tripulaciones de las Corvetas que Malaspina diga a V. E. ser acreedores a esta gracia por su constancia en el servicio y su buen desempeño. Todo lo que de mn de S. M. prevengo a V. E. pa. su cumplimiento. — Trasladola a V. S. para su noticia, y que la comunique a los Comandtes de la Gertrudis y Atrevida a fin de que suban a las inmediaciones del Arsenal para su desarmo, como la verificara V. S. pasando a mis manos relacion de los Individuos de las tripulaciones de las Corvetas, a quienes considere acreedores a la gracia de licencia temporal de que trata. — Dios guarde a V. S. ms. as. Isla de Leon 6 de octubre de 1794. — El Marqués de Casatilly. — Sor. D. Alejandro Malaspina.»

Malaspina le responde: «Comunicandole con mucha satisfaccn. las siguientes ordenes a la oficialidad de guerra de una y otra corveta, se les avisa a el mismo tpo. que las listas relativas a esta materia estarán ya en manos del Exmo. Sor Capitán Gral. pa. el jueves próximo 16 del corrte: de suerte que cada uno pueda por si arreglar sus medidas, y pasos venideros; Y que deviendose proceder pto antes a el arreglo y publicacion de la obra ejecutada, se espera que contribuyan a su perfeccion con estender, y entregar al Capn de Navio Dn Dionisio Galiano, quantas reflexiones, quantos documentos, quantos avisos les parezcan oportunos, y útiles en los muchos Ramos, que abraza la obra; y a su veracidad la mas escrupulosa, con recorrer el diario, el cual estara a disposicion de los pocos, que no le hayan recorrido ya, en la casa del Consul del Imperio, Plazuela de Santiago, anotando lo que admita alguna duda, o equivocon: Cadiz a 13 de Octe de 1794. — Alejandro Malaspina. (Firmado)»

Para poder entregar lo que le demandaban se puso a trabajar en la publicación de los resultados de la expedición, dividida en tres partes: en la primera, la relación del viaje; en la segunda, la descripción geográfica de las regiones visitadas; en la tercera el examen político de los dominios. Ninguna de ellas por los acontecimientos posteriores fue publicada. Por ello su trabajo quedó en el olvido, pero no tenía ningún demérito con las realizadas por Cook, La Perouse y Bougainville. Su gran obra solo vió la luz al ser publicada: La Expedición Malaspina 1789-1794. Ministerio de Defensa-Museo Naval-Lunwerg Editores. 1987-1999. Obra en 9 tomos y 10 volúmenes.

Fue ascendido al grado de brigadier por Real orden de marzo de 1795.

Fue detenido el 24 de noviembre seguido a las doce y media de la madrugada en el palacete de Monforte de Buenavista en Madrid, por el sargento mayor de la Plaza don Pedro de Faura, quien recogió todos los documentos y libros existentes siendo depositados en un baúl precintado y firmado por el aprehensor, trasladándolo al cuartel de Inválidos de la calle Ballesta al lado de la iglesia de San Martín, al día siguiente 25 lo llevaron a la cárcel del cuartel de las Reales Guardias de Corps.

El 27 se reunió el Consejo, donde fueron leídas por el Secretario señor Montarco las cartas de Malaspina a Valdés del 19 de enero de 1795 y la del 10 de febrero con sus «Reflexiones relativas a la Paz de España con Francia.» pasando a la lectura del plan de Malaspina con fecha del 14 de noviembre titulado «Borrador de representación al Ilmo. confesor de Su Majestad.» en el que se daban las instrucciones para nombrar al Duque de Alba en sustitución de Godoy, en la Secretaría de Estado y Gracia y Justicia; Varela por Valdés en la de Marina e Indias; Gardoqui por Revillagigedo en la de Hacienda y Guerra, y Jovellanos por el obispo de Salamanca en el Consejo de Castilla.

En su primer escrito en referencia a Godoy se puede leer: «Su total exclusión sin otro daño alguno del actual ministro de Estado. No se comprometerán en modo alguno los asuntos domésticos, los cuales no tienen conexión alguna con los del Estado: se convidará suavemente al Rey a escuchar los consejos cariñosos de la Reyna Ntra. Sra. a la cual se hará llegar al mismo tiempo igual papel ostensible, que denote el peligro en el cual se hallan entrambos.» En el Borrador de representación al Ilmo. confesor, se lee: «Aunque pudiera haber tenido falta de juicio, yo tomaría toda la responsabilidad en caso de fracasar el complot.»

El Consejo duró poco más de una hora, por falta de unanimidad en las posiciones se decidió investigar más a fondo, quedando encerrado en el cuartel de los Guardias de Corps hasta ser tomada una decisión.

El 20 de abril de 1796 salió de su prisión a las cuatro menos cinco minutos de la mañana, para ser trasladado de Madrid a Coruña, donde fue encarcelado en el castillo de San Antón entrando el 11 de mayo siguiente, con la misma fecha de salida de la Villa y Corte fue firmada la Real orden por la que era exonerado de su empleo y grado, y mantenerlo preso diez años y un día.

En 1802 Paolo de Gresppi amigo de Malaspina, comunicó a su amigo común Francesco Melzi d'Eril vicepresidente de la república de Milán, intercediera ante Napoleón por sus buenas relaciones con Godoy, para conseguir poner en libertad a don Alejandro, a lo que accedió el Príncipe de la Paz con la condición de no permanecer en territorios de España.

Fue puesto en libertad, abordando un buque trasladándolo a Coruña, desde donde zarpó con rumbo a la bahía de Cádiz, aquí volvió a embarcar el 21 de enero de 1803 en la fragata mercante Declarante al mando del capitán don Santiago Mantegui, dándose a la vela con rumbo a Génova con carga de azúcar y cacao, fondeando el 1 de febrero en el cabo de Calines en la costa sur de la isla de Mallorca, donde intentó desembarcar pero le fue negado pues en su pasaporte figuraba escrito: «No poder dicho Malaspina saltar en tierra de España.»

Intentó ser transportado a Barcelona para pasar a Francia, pero también le fue negado, pudiendo solo embarcar el 6 de febrero en el laúd Virgen del Carmen patroneado por don Antonio Roque, con centinela de vida, desembarcando el 18 siguiente en el puerto francés de Port Vendres, desde donde trasbordó a otro bajel realizando escala en Marsella, arribando el 19 de marzo al puerto de Génova.

Francesco Melzi d'Eril le ofreció el puesto de Ministro de Guerra, negándose a ello por no querer volver a entrar en política, permaneció en la localidad de Lunigiana cercana a Pontremoli y cerca de su población natal de Mulazzo, viviendo en la casa de un teñidor de paños por nombre Pietro Belveli, donde falleció el 9 de abril de 1810.

Bibliografía:

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Beerman, Eric. El Diario del Proceso y Encarcelamiento de Alejandro Malaspina (1794-1803) Editorial Naval, Madrid, 1992.

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VV. AA. La Expedición Malaspina 1789-1794. Ministerio de Defensa-Museo Naval-Lunwerg Editores. 1987-1999. Obra en 9 tomos y 10 volúmenes.

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