Ana, Santa (1785)

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Dibujo del navío que solía ser el insignia de las diferentes escuadras, era de tres baterías o puentes, y casi siempre al mando de un brigadier, en vez de como el resto al de un capitán de navío, su poder de ciento veinte bocas de fuego, cañones, le permitía soportar largos combates y su altura, le facilitaba el ataque a los de dos baterías por ser más bajos, sobre todo a los infantes de marina para hacer blanco en oficiales enemigos, era el Rey del combate. Por las variaciones sufridas en su casco de uno de este tipo que fue el Santísima Trinidad, se le subió una cuarta batería, llegando a montar ciento cuarenta y cuatro cañones, siendo el más grande y pesado que nunca ha existido y como lo denomina don Benito Pérez Galdós en su obra los Episodios Nacionales, era el Escorial de los mares.

Construcción:

Cabeza de una serie de siete navíos de tres puentes conocidos como “Meregildos”, diseñados por don José Joaquín Romero y Fernández de Landa. Se mandó su construcción por Real Orden del 9 de noviembre de 1782, siendo esta orden suspendida el día 27. El ingeniero Fernández de Landa mandó a la Corte los nuevos planos inspirados en los del navío Purísima Concepción, que son aprobados el 18 de junio de 1784. Llamado Santa Ana por una disposición de mayo de 1783.

La ejecución de los trabajos fue encomendada al ingeniero don Miguel de la Puente, siendo botado en Ferrol la tarde del 29 de septiembre de 1784. El resto de esta magnífica serie de navíos fueron los Mejicano, Conde de Regla, Real Carlos, Salvador del Mundo, Reina Luisa, San Hermenegildo y Príncipe de Asturias. Las dimensiones, en pies de Burgos, eran de 210 pies de eslora, 185 pies y 10 pulgadas de quilla, 58 pies de manga, 27 pies y 6 pulgadas de puntal, 28 pies de plan, 28 pies y una pulgada de calado a popa, 26 pies y una pulgada de calado a proa.

Su dotación era de 848 hombres en tiempos de paz, según reglamento del 1 de enero de 1788. El lastre era de 4.000 quintales (184 toneladas) de hierro y 8.000 quintales (368 toneladas) de zahorra o piedra. Desplaza 2.300 toneladas de arqueo, 4.800 de desplazamiento. Inicialmente fue armado con 30 cañones de a 36 libras en la primera batería, 32 de a 24 libras en la segunda, 30 de 12 libras en la tercera y 18 de a 8 libras en el alcázar y castillo, haciendo un total de 110 piezas artilleras, aumentados con otros dos cañones de a 12 libras.

Historial:

El 24 de noviembre de 1784 zarpa de Ferrol rumbo a Cádiz al mando del brigadier don Santiago Muñoz de Velasco. Llevaba a bordo al también brigadier don Félix Ignacio de Tejada, inspector general de Marina, realizando durante esta navegación sus pruebas de mar con la fragata Santa Tecla, las fragata ó urca afragatada Santa Bibiana y la urca Santa Polonia, hasta llegar a su destino el 2 de diciembre. Según el informe enviado a don Antonio Valdés por Tejada y Muñoz de Velasco tenía excesivo palo y se decide modificar la arboladura. El 10 de diciembre comenzaron las obras en Cádiz para rebajar la altura de la arboladura.

De Cádiz volvió a zarpar el 28 de febrero de 1786 para realizar más pruebas en el mar, resultando un navío excelente, conservando la batería baja en buen uso aún con viento fresco y mar gruesa. Sus resultados fueron tan positivos que los siguientes navíos de tres puentes fueron construidos con los planos del navío Santa Ana, según una Real Orden del 12 de diciembre de 1786.

El 16 de enero de 1787 inauguró el primer dique seco construido en La Carraca por don Julián Sánchez Bort, que se denominó “San Carlos”. El ingeniero Sánchez Bort murió el 30 de agosto de 1785, continuando las obras en los dos diques don Tomás Muñoz. Ese mismo año tomó su mando el brigadier don Juan del Camino, sustituido en 1789 por el brigadier don Francisco Javier Winthuyssen. En 1790 se encontraba asignada al departamento marítimo de Cádiz.

El 15 de junio de 1791 se aprobó un nuevo carenado del navío, arreglo de los puentes y forrado de cobre, observándose por primera vez signos de pudrición en algunas de sus maderas. Al año siguiente se encontraba en Cádiz en situación de desarme al mando del capitán de navío don Juan Antúnez, siendo sustituido en 1793 por el capitán de navío don Valero González, sustituido a su vez por el brigadier don Andrés Tacón y asignado a la escuadra de Ferrol, siendo sometido ese mismo año a una nueva carena.

A finales de septiembre de 1794 se encontraba armado en la escuadra del Océano basada en Cádiz. En 1795 estaba al mando del brigadier don Rafael Orozco. El 18 de febrero de 1796 es puesto al mando del brigadier don Andrés de Valderrama, desembarcando en julio de ese año por pasar el navío Santa Ana a situación de desarme. Volvió a embarcar Valderrama en enero de 1797 al ser el navío incorporado a la escuadra basada en Cádiz al mando del teniente general don Federico Gravina, compuesta por los navíos Santa Ana, San Sebastián, Vencedor, San Rafael, Intrépido, San Joaquín, San Francisco de Asís y África.

El 9 de marzo cesa don Andrés Valderrama en el mando y es sustituido el 12 de abril por el brigadier don Baltasar Hidalgo de Cisneros, arbolando la insignia del teniente general don Domingo Pérez de Grandallana y Sierra, segundo comandante de la escuadra del Océano basada en Cádiz y puesta al mando del teniente general don José de Mazarredo tras el desgraciado combate de San Vicente. En enero de 1797 es puesto al mando del capitán de navío don Diego González Guiral, sustituido, en marzo de 1797, por el brigadier don Juan José García por un corto periodo.

Dibujo a color de un navío de 3 puentes de perfil con todo su aparejo desplegado.
Navío Santa Ana, interpretación de Rafael Berenguer.
Cortesía del Museo Naval. Madrid.

En la escuadra de Mazarredo tomó parte en las operaciones que se desarrollaron en Cádiz durante el bloqueo de la escuadra británica de John Jervis entre 1797 y 1799, destacando la actuación de las lanchas y dotación del navío en rechazar el ataque de las unidades al mando de Nelson las noches del 3 al 5 de julio de 1797. El 6 de febrero de 1798 zarpa de Cádiz con la escuadra de Mazarredo compuesta por 22 navíos, 5 fragatas y 3 bergantines para perseguir a nueve navíos británicos que en ese momento estaban en el bloqueo. Al no darles caza, regresaron a Cádiz el 13 de febrero, mientras el grueso de la escuadra británica del almirante John Jervis regresó de Lisboa el 17 de febrero con 22 navíos y 6 fragatas para reanudar el bloqueo.

El 12 de mayo de 1799 zarpa de Cádiz la escuadra de don José de Mazarredo para unirse a la francesa al mando de Eustache Bruix que había entrado en el Mediterráneo desde Brest. Estaba el navío Santa Ana al mando del brigadier don Baltasar Hidalgo de Cisneros desde el año anterior y seguía siendo el insignia del teniente general don Domingo Pérez de Grandallana. Unidas las dos escuadras en Cartagena, zarparon hacia Brest desde Cádiz el 21 de julio, quedando el navío Santa Ana encallado en el bajo de las Puercas, cerca de Rota, regresando a Cádiz con el navío Conde de Regla, para carenarse y desarmar.

Ese mismo año entra en el 2º dique de La Carraca para ser carenado y cambiado el forro de cobre. El 10 de enero de 1800 se concede su mando al brigadier don Pedro Ristory, sustituido en el mes de julio por el brigadier don Diego González Guiral. En 1801 y 1802 se encontraba en Cádiz desarmado. Entre finales de 1803 y el 3 de enero de 1804 está al mando del brigadier don Dionisio Alcalá Galiano. Con motivo de la nueva guerra declarada a Gran Bretaña en diciembre de 1804, sus cubiertas son recorridas a flote en enero de 1805.

El 15 de febrero de 1805 iza en el navío Santa Ana su insignia el teniente general don Ignacio María de Álava, nombrado segundo comandante de la escuadra del Océano, tomando su mando el día siguiente el capitán de navío don José Gardoqui, inmediatamente se dedica a preparar su dotación realizando varias salidas al mar, en una de ellas el 31 de marzo seguido persigue y hunde una corbeta británica. El 9 de abril zarpa de Cádiz la escuadra de don Federico Gravina compuesta por seis navíos y una fragata, quedando en Cádiz el general Álava como comandante de la escuadra, que traslada su insignia al navío Santísima Trinidad el 4 de junio, mientras el navío Santa Ana entra en el dique el 14 de junio para recorrer sus fondos.

El 27 de agosto queda de nuevo incorporado a la escuadra del Océano tras el regreso de la escuadra de Gravina. Sale del dique el 9 de septiembre y embarca la tripulación del navío San Fulgencio. El general Álava vuelve a trasladar su insignia a este navío. El 20 de septiembre recibió la artillería, víveres y aguada, quedando listo en la bahía de Cádiz el 30 de septiembre. Su comandante seguía siendo el capitán Gardoqui, su segundo el capitán de navío don Ignacio Olaeta y su tercer comandante el capitán de fragata don Francisco Millán.

Participó en el combate de Trafalgar el 21 de octubre de 1805, al mando del capitán de navío don José Gardoqui y Jaraveitia, izando su insignia el teniente general don Ignacio María de Álava. Llevaba el siguiente armamento: 30 cañones de a 36 libras, 32 de a 24 libras, 32 de a 12 libras, 10 de a 8 libras, 10 obuses de a 48 libras, 2 obuses de a 32 libras, 6 obuses de a 24 y 4 obuses de a 4 libras. En el combate tuvo 97 muertos y 141 heridos de los 1.058 tripulantes, consiguiendo llegar a Cádiz al día siguiente del combate, remolcado por la fragata francesa Themis, tras ser apresado y luego recuperado por varios navíos españoles y franceses que regresaron al lugar del combate. A causa del enfrentamiento con el navío Santa Ana, el británico Royal Sovereing tuvo que ser remolcado a Gibraltar y el almirante Collingwood trasladarse a la fragata Euryalus.

El 7 de noviembre de 1805 fondeó en Puntales, pasando cinco días después a La Carraca para hacerle las primeras reparaciones a flote. El 20 de febrero de 1806 entró en el dique de La Carraca para ser reparado, carenado y forrado de nuevo de cobre, estando listo de nuevo el 9 de diciembre. El capitán Gardoqui dejó su mando el 7 de marzo de 1806, aunque siguió encargado de la rehabilitación del navío. Quedó en Cádiz asignado a la escuadra del Océano, al mando de don Ignacio María de Álava tras el fallecimiento de Gravina el 9 de marzo de 1806.

El 21 de febrero de 1808 se ordena su alistamiento para unirse a la escuadra española de Apodaca y a la francesa de Rosilly en Cádiz. Por un Real Decreto del 10 de junio de 1808 se ordena su armamento en Cádiz. Del 6 de octubre al 27 de diciembre de 1808 fue su comandante el capitán de navío don Miguel Orozco. Se encontraba en Cádiz, donde se estaban concluyendo sus obras de carenado, cuando se logro la rendición de la escuadra francesa del almirante Rosilly en junio de 1808. Rearmado en enero de 1809, el 13 de febrero pasa a ser mandado de nuevo por don José Gardoqui, ascendido como todos los participantes en el combate de Trafalgar por Real orden, ahora con el grado de brigadier.

Durante el asedio francés de Cádiz a primeros de 1810, estaba encuadrado en la escuadra del mando del teniente general don Ignacio María de Álava, siendo su navío insignia, compuesta además por los navíos Príncipe de Asturias, Purísima Concepción, San Justo, Glorioso, Montañés, San Pedro Alcántara y Neptuno. El 1 de marzo de 1810, el general Álava arría su bandera, el mismo día que Gardoqui cesa en el mando del navío. Toma su mando ese mismo día el capitán de navío don Anselmo Gomendio, que lo deja el día 29 de marzo de ese año, sustituido por el brigadier don Pedro de Mesa y Baulen.

En julio de 1810 se decide su traslado a La Habana con el navío Príncipe de Asturias, acompañados por el navío británico Implacable, zarpando de Cádiz el 6 de septiembre de ese año. A mediados de junio de 1814 zarpa de la Habana para realizar una patrulla en el seno mejicano. En el arsenal de la Habana sirvió de pontón y depósito de marinería.

Se fue a pique en 1816 por falta de carena, quedando apoyado sobre el fondo del puerto frente al arsenal. El 12 de septiembre de 1820 se dispuso la venta de los buques hundidos en la Habana, pero en octubre de 1834 todavía podía verse junto al Príncipe de Asturias, ambos posados sobre el fango del arsenal.

Bibliografía:

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