Villaamil y Fernandez Cueto, Fernando Biografia

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Biografía de don Fernando Villaamil y Fernández Cueto

Capitán de navío de la Real Armada Española.

Vino al mundo el día veinticuatro de noviembre del año de 1845, en Castropol, concejo de Serantes, entre pomaredas y pinares y la ría de Castropol y Ribadeo, donde tan dulcemente se remansa el mar Cantábrico; Oviedo; Asturias, España. Fueron sus padres, don Fermín Villaamil y Cancio, teniente coronel en situación de retiro, y de su esposa María del Rosario Fernández Cueto

Sentó plaza de aspirante el día uno de julio del año de 1861, en el Colegio Naval Militar sito en la población de San Carlos. Expediente N.º 4.510

Ascendió a guardiamarina de segunda clase el día veinte de junio del año de 1862.

Fue ascendido a guardiamarina de primera clase el día veinticuatro de junio del año de 1865.

Se le ascendió a alférez de navío el día veintitrés de junio del año de 1867.

Ascendió a teniente de navío, el día cinco de abril del año de 1872, tomando parte en los combates de Santo Domingo y Joló.

Fue ascendido, a teniente de navío de primera clase, el equivalente actual a capitán de corbeta, el día siete de mayo de año de 1882.

Se le ascendió a capitán de fragata con fecha, del diez de julio del año de 1889.

Ascendió a capitán de navío el día veintisiete de octubre del año de 1897, poco antes de cumplir los cuarenta y dos años de edad.

Estuvo embarcado en varios buques entre ellos, en los navíos Reina doña Isabel II y Don Francisco de Asís; en las fragatas  EsperanzaVilla de Madrid,  la acorazada  TetuánCortésBerenguelaConcepción  y  Asturias; en la urca  Santa María;  en las goletas Wad-Ras,Valiente, y Vencedora; y en los vapores Velasco, Isabel la Católica, Pizarro, Marqués de la Victoria y otros más.

Además estuvo al mando de los: cañoneros Cabo Bojador, Arrayat y Eulalia; la fragata Almansa; el contratorpedero Destructor; la corbeta Nautilus, después escuela de guardiamarinas, y la primera división de destructores y torpederos.

Desempeño importantes destinos en tierra, tanto en el Ministerio, de oficial segundo, como en Ultramar, en el que estuvo año y medio, a las órdenes del General Martínez Campos en la isla de Cuba.

Fue comisionado para realizar estudios en el extranjero, sobre la organización del cuerpo de maquinistas de la Marina Real, en el Reino Unido.

Así mismo regreso al Reino Unido, donde se comenzó a construir un nuevo tipo de buque a principios del año de 1886, en el astillero británico de Clide de la casa Thomson con los planos diseñados por Villaamil, para inspeccionar su construcción siendo nombrado por el Gobierno comandante de quilla, en el que aportó sobre la marcha de la construcción innumerables mejoras, siendo botado el día veintinueve de julio del mismo año y entregado el día diecinueve de enero del año de 1887.

Éste tipo de buque nació como ‹ contratorpedero ›, pero en España se le puso el nombre de Destructor, que después ha sido copiado, al menos en su terminología por el resto de países en todo el planeta, pues se basaba en un buque rápido de alta mar que pudiera evitar el que los  torpederos pudieran atacar casi impunemente a las unidades superiores, pues en esta época no tenían contrincante por su alta velocidad y la poca cadencia de fuego de la artillería, convirtiéndose en el terror de las grandes unidades navales como los acorazados y cruceros acorazados. El éxito del proyecto se tradujo, en que poco antes de cumplirse los seis años de estar en servicio, se alcanzó el número de mil unidades de características parecidas que estaban en servicio o construcción en todos los países del mundo.

Al ser entregado se le encomendó su mando, viajó con él hasta la Península, zarpando de Flamouth el día veintidós siguiente, cruzando hasta las islas Sisargas en tan solo veinticuatro horas de navegación a una media de dieciocho nudos, a pesar de la mala mar típica de esa época del año sin dar ningún susto, pasando a especializarse en este tipo de buques, desarrollando al mismo tiempo unos tratados para su manejo y las tácticas para operar con ellos, tanto en tiempos de paz como en los de guerra.

Otra comisión importante fue la que le llevo, a la compra de material de guerra, sobre todo de algodón pólvora, ante el elevado precio del flete de un buque, optó por la compra del clíper Carlik Castle, que al ingresar en la lista oficial de buques de la Armada, se le puso el nombre de Nautilus, costándole a las arcas del Estado doce mil duros, del año de 1886, importe muy inferior al que exigían por ser fletado un buque para transportar tan peligroso material de guerra.

Al arribar y descargar la peligrosa carga, se decidió convertir al clíper en buque escuela, en el año de 1892, se le otorgó el mando de la Nautilus, con la que realizó un viaje de prácticas de guardiamarinas, de circunnavegación del globo, que duró desde el mes de noviembre de 1892 hasta el mes de julio de 1894, casi año y medio.

El día uno de febrero del año de 1898, se le otorgó el mando de la primera división de destructores y torpederos, que estaba formada por los destructores Furor, Terror, y Plutón, más lo torpederos Rayo, Azor y Ariete, y como buque de apoyo el vapor Ciudad de Cádiz.

Un tiempo antes de la guerra con los Estados Unidos de Norteamérica se hizo a la mar con ella, desde el Arsenal de Cádiz, el día trece de marzo del año de triste recuerdo de 1898.

Su derrota en un primer salto, le llevó al puerto de La Luz en la isla de Gran Canaria, llegando el día diecisiete del mismo mes.

Permaneció en éste puerto hasta el día veinticuatro, zarpando con rumbo a la isla de Puerto Rico, pero tuvo que variar el rumbo por problemas de navegabilidad, arribando el día treinta al puerto de San Vicente de Cabo Verde.

En éste puerto se unió a la escuadra del almirante Cervera, los torpederos tuvieron que regresar a la península, pues para ellos los más pequeños la Alta Mar se les atragantaba; en su regreso fueron acompañados por el vapor Ciudad de Cádiz.

Ya la escuadra al completo y al mando del almirante Cervera, se dirigieron al puerto de Curaçao, donde carbonearon, desde aquí se le encomendó al Terror, que visitara la isla de Puerto Rico, de donde regreso con la noticia de que la escuadra Norteamericana, ya había tomado la isla, a partir de aquí tuvieron que realizar varias maniobras evasivas, para evitar a los buques enemigos y intentar  lograr entrar en algún puerto de la isla de Cuba, logrando al fin y después de no pocos sufrimientos, llegar al de Santiago de Cuba.

Todos sabemos lo que pasó el día tres de julio del infausto año de 1898; los destructores salieron en último lugar por orden expresa del almirante Cervera, para que con su mayor velocidad y pegados a tierra, pudieran lograr llegar a otro puerto, la orden fue terminante « A sotafuego de los buques mayores y a tratar de escapar » salieron de la ratonera de Santiago de Cuba, pero pronto fueron blanco de los proyectiles enemigos, de repente el Plutón, recibe un impacto, se detiene y se sumerge, el Furorde Villaamil, le sigue la estela y de pronto mete máximo vapor y se encara al acorazado enemigo  Indiana, siendo éste el que al ver el cambio de rumbo, le dispara con todo lo que puede, un proyectil penetra por la proa destrozándola e inundando la sala de máquinas, posteriormente otro estalla a su pies, y éste provoca que se lleve la vida de tan ilustre marino.

A tanto llegó la desgracia, que su cadáver no se pudo encontrar, por más que los españoles y luego los americanos, lo intentaron; murió donde siempre quiso estar, en la Mar.

En su hoja de servicios se pone punto y final de esta manera: « El día tres de julio de 1898 asistió al combate naval que, en aguas de Santiago de Cuba, se libró entre la Escuadra española y la americana, falleciendo en él a bordo del Furor »

A lo largo de su carrera militar, se le concedieron las siguientes condecoraciones: La medalla de la campaña de Santo Domingo; Cruz Roja del Mérito Naval, por su actuación en la isla de Joló; Cruz de María Cristina; Cruz y Placa de la real y militar Orden de San Hermenegildo y la Muy Distinguida de la Orden de Carlos III y la Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando, pensionada con 2.000 duros de la época.

También dejó escrito su experiencia en la vuelta al mundo, en un libro: « Viaje de circunnavegación de la corbeta ‹ Nautilus ›», publicado en el año de 1895.

Bibliografía:

Aguilera, Alfredo y Elías.: Buques de Guerra Españoles 1885-1971. Editorial San Martín. Madrid, 1968. Premio Virgen del Carmen de 1969. Segunda edición 1972.

Camba, Francisco.  Fernando Villaamil. Editora Nacional. Madrid, 1944.

Conway’s All The World’s Figthing Ships 1860 – 1905. Conway Maritime Press. London, 1979.

Cevallos-Escalera y Gila, Alfonso y Luis. La Real y Militar Orden de San Fernando. Palafox-Pezuela. Madrid, 2003.

Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957. Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.

Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa. Tomo 68. 1929. páginas 1324 y 1325.

González de Canales, Fernando. Catálogo de Pinturas del Museo Naval. Ministerio de Defensa. Tomo III, 2000.

Válgoma, Dalmiro de la. y Finestrat, Barón de.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

Villaamil, Fernando. Viaje de circunnavegación de la corbeta Nautilus. Editorial Naval. Madrid. Segunda edición 1989.

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